Home

Opinión

Artículo

Union Europea y Colombia: retos y posibilidades

Semana
2 de febrero de 2004

El viaje que realizará en febrero a Europa el presidente Uribe, lo pondrá frente a un escenario con importantes niveles de crítica, no necesariamente hostil, pero Europa podría consolidarse como un aliado estratégico para la búsqueda de la paz y el desarrollo en Colombia.

Existen las normales diferencias políticas de sectores de la izquierda europea que consideran al gobierno Uribe demasiado derechista e incondicional con Washington, para su gusto y esto influye, sobre el ambiente político. Pero las anotaciones críticas formuladas por la Unión Europea a su política, se resumen en lo siguiente: a) no comparte el darles facultades de policía judicial a las Fuerzas Armadas, como lo establece el 'estatuto antiterrorista'; b) priorizan el respeto a los derechos humanos y al DIH; igualmente respetar el trabajo de las ONG en este campo; c) el énfasis en la búsqueda de la solución negociada del conflicto interno armado; d) su preocupación que el proceso de desmovilización de los grupos de autodefensa o paramilitares no conlleve impunidad y que los aspectos de verdad, justicia y reparación sean considerados.

Esta posición de la UE, tiene un marco importante de referencia y son los objetivos estratégicos para 'una política exterior y de seguridad común', que siguiendo a Javier Solana resumiríamos así: a) contribuir a la estabilidad y el buen gobierno de nuestros vecinos; b) construir un orden internacional basado en el multilateralismo efectivo; c) arrostrar las amenazas nuevas y antiguas. Lo anterior lleva a los europeos a creer firmemente en la importancia de la solución negociada de conflictos, por supuesto acompañado de la disuasión militar y las políticas sociales de desarrollo; es el llamado poder blando, considerado fundamental en la resolución de conflictos, tanto internacionales como internos.

Europa, considera que la respuesta al terrorismo no puede ser exclusivamente militar, sino que debe acompañarse con otras políticas -le asigna importancia al respeto de los derechos humanos como elemento de gobernabilidad democrática-, y la consolidación de democracias respetuosas de la ley, en un entorno de libertad. Por ello el documento de la Mesa de Donantes de Londres enfatizó en que el gobierno colombiano acoja las recomendaciones de la ONU -expresión del multilateralismo- en relación con el tema de derechos humanos y DIH.

Esto explica el papel desempeñado por Europa en acompañar el esfuerzo de paz negociada en el pasado reciente -con seguridad lo hará en el futuro- y la importante participación en la financiación a los Laboratorios de Paz en nuestro país, el primero de ellos, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, ha cumplido una extraordinaria labor consolidando ambientes de paz regionales y ahora el del Oriente Antioqueño; lo anterior porque 'la Unión Europea y sus Estados miembros, son el mayor donante de asistencia oficial del mundo... la ayuda exterior de la Unión asciende a unos 7.000 millones de euros anuales; los Estados miembros gastan alrededor de 10 veces esa suma'. Esto desvirtúa la opinión, bastante generalizada, de que los europeos hablan mucho y hacen poco.

Si el gobierno Uribe logra que la UE se convierta en un aliado estratégico para sus políticas de superación del conflicto interno armado y de desarrollo social -en los últimos años la UE y sus miembros han sido la principal fuente de cooperación no militar para Colombia-, se habría dado un gran salto; esto requiere valorar lo estratégico de una alianza sólida basada en confianza y en un discurso claro, y no sólo tratar que los europeos se sumen a condenar a los grupos guerrilleros como terroristas y a la cruzada interna antiterrorista, de la cual en el ámbito global justamente se han distanciado porque no creen en acciones unilaterales, ni unidimensionales, frente a fenómenos complejos.

*Profesor Universidad Nacional

Noticias Destacadas