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Uribe 1, 2 y 3

Propuesta de segunda reelección de Álvaro Uribe no tiene nada de sorpresiva. Estaba más que anunciada, por la ideología y por la historia de La U. Y también de Uribe

Semana
20 de octubre de 2007

Era de esperarse que el partido de La U pretendiera una segunda reelección de Álvaro Uribe. Se veía venir desde tiempo atrás; desde el mismo momento en que Uribe ganó su segunda elección. Igual que su tercera reelección empezaría a merodearnos acto seguido a una eventual victoria del Presidente en 2010. Posiblemente propuesta por Ciro Ramírez. O por Julio Mario Santo Domingo. Da igual.

El partido de La U se aferra a Uribe. Lo hace porque es su única carta. En sus filas no existe liderazgo o base filosófica que le permitan, en la ausencia de Uribe, considerar posibilidad alguna de sostener una batalla electoral contra una candidatura de Lucho Garzón, o Rafael Pardo; por poner ejemplos. Como su nombre lo indica, es el partido de La U; el día que no haya U, no habrá partido tampoco. Es la consecuencia de crear partidos de esa forma. Asociaciones cementadas exclusivamente por la perspectiva de obtener plusvalías políticas derivadas de la popularidad desbordada de algún personaje específico. Fue así como se creo La U. Veo a La U y no veo un partido político. Veo una corte de melegos al servicio de un patrón que los usa y, a cambio de sus servicios, les concede alguno que otro privilegio.

Toda esta situación no debe ser del desagrado de Uribe. Él, gran terrateniente y finquero, esta acostumbrado a que le llamen patrón. A mandar sin que se le contradiga. Los cinco años de su presidencia rezan como prueba de ello. Todo aquel que ha osado disentir del primer mandatario ha sufrido una muestra de su furia. Por eso Uribe tampoco podría tener otro partido que no fuera el de La U. Porque no esta preparado para la critica y el desacuerdo naturales de la democracia. Me cuesta pensar que la propuesta le haya sorprendido. Me es difícil creer que el no este de acuerdo. Se me haría raro que la iniciativa no fuera del propio Presidente.

Causa curiosidad lo que ronda las mentes de los uribistas que se consideran en línea de salida para las presidenciales de 2010. Hay varios en el gabinete del gobierno y uno que otro en el congreso. Pensaría yo que muy contentos no han de andar; aunque en este entramado de conveniencias e intereses que es la política colombiana, uno en realidad nunca sabe que, como, ni cuando.

En este momento me producen gracia aquellos que han sostenido continuamente que Álvaro Uribe esta evitando la chavizacion de Colombia. Me parece a mi que no hay mucha distancia entre dos personajes convencidos de que su voluntad y su juicio están por encima de la máxima institución que existe en la democracia: La constitución. Ambas mentes comparten la convicción de su existencia como mesías de la nación. O quizás en nuestro caso sea más bien como el patrón de la Nación.

Gran daño el que, con su nueva aventura política, le hace el partido de La U a Colombia. Por un lado seguimos con la idea de modificar la carta magna a favor de un ciudadano en particular, procedimiento que atenta directamente contra la institucionalidad, el Estado de derecho y el orden jurídico. Por otro lado, le venden a los votantes la idea de que sin Uribe no hay país. En realidad sin Uribe sí habrá Colombia, como la ha habido siempre. Como la había, y mucho mejor que la actual, antes de ese punto de inflexión siniestro que fue la presidencia de Ernesto Samper; sucedido por Pastrana y ahora por Álvaro Uribe.

En fin, que después de haberlo hecho una vez, la segunda siempre es más fácil. En cualquier caso, para perderle el miedo al tigre, debe uno acercarse y tocarlo. Así, para Colombia desembarazarse de este nuevo caudillismo creado por Uribe Vélez, lo mejor es que el Presidente vuelva y se lance. Que se lance y pierda.

Ñapa: Historia del tal ‘tasmania’, pareciese compartir autor con la del capitán Nur, o con la del complot para asesinar al Presidente en el Caguán.

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