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¡A votar contra la corrupción!

Es vergonzoso que la administración pública que se encuentra asfixiada por organismos de control, continúe en poder del monstruo de la corrupción.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
23 de febrero de 2018

Lo primero que debe hacerse en una reforma política seria e integral, es reestructurar los organismos de control del nivel nacional, extendiendo su campo de acción a los departamentos y municipios, ya que en muchos están convertidos en verdaderos focos de corrupción, cuando no en nóminas burocráticas y paralelas, en favor de sus patrocinadores.

Además, es de cierta extravagancia, que en casi todos los entes del Estado: ministerios y demás entidades descentralizadas, se tenga una oficina de control interno, como queriendo decir, para que cuide el queso de los organismos de control, que están regulados legal y constitucionalmente.

Por eso, sí queremos derrotar la corrupción, debemos empezar por una reforma política seria e integral, para que los organismos de control no continúen siendo apéndice de los legislativos. Este es el punto más claro y neurálgico, para entender, el por qué las reformas políticas que se someten a aprobación del Congreso fracasan, puesto que los gamonales de siempre ven en los delitos electorales, la mejor forma de conservar sus feudos políticos.

Hay que aceptar, que tanto Fiscalía, como Contraloría y Procuraduría del orden nacional, tienen las mejores intenciones de luchar contra el flagelo de la corrupción, -que todos los días pone en jaque nuestras instituciones públicas y privadas-, pero, lamentablemente muchas de las decisiones que toman, chocan contra los intereses políticos de quienes los postularon y votaron para llevarlos a tan altas e indispensables dignidades, cuya única función es la de vigilar y supervisar la eficiencia y pureza de la función pública.

Seguimos insistiendo en que la mejor forma de acabar con el monstruo llamado “don corrupto” es votando en blanco, para las elecciones al Congreso el próximo 11 de marzo, si se logra la mayoría simple, es decir: un voto en blanco de más, de la lista mayormente votada, las elecciones tendrán que repetirse a los sesenta días, con nuevos aspirantes.

Los votantes no pueden continuar sirviendo de idiotas útiles de la mayoría de parlamentarios, que lo único que hacen es generarle problemas al país y al erario público con sus chanchullos y peculados, armando inicialmente los llamados micos, que luego los convierten en orangutanes, para carcomer el cerebro de los proyectos de ley, que presentan los pocos congresistas que quedan honestos y bien intencionados.

urielos@telmex.net.co

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