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Madre, mujer y vida

El mensaje más sublime para las madres es aquél que nace del corazón, demostrándoles cuánto las queremos, amamos, y respetamos, como ángeles y mujeres protagonistas de nuestra existencia.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
19 de mayo de 2016

Solamente Dios y ellas son dignos de un perenne  homenaje, puesto que en cada amanecer se manifiestan como la bella luz de la alborada en nuestras vidas, y en los atardeceres del ocaso son la alegría del destino, que se forja con su espíritu y presencia, dándonos la fuerza necesaria que nos anima para vencer las dificultades que se presentan en la lucha por la vida.

La expresión de: madre, mujer y vida, es la pura esencia de la realidad, en ellas, vemos a tres seres sublimes que se comportan en igualdad de condiciones, sin importar las vicisitudes y dificultades que nos rodean, solamente a ellas las invocamos en la crisis  de nuestros hogares, cuando estos se convierten en hogueras de resentimientos y de amores frustrados e incomprendidos.

En nuestras madres, siempre hay la serenidad y el cariño, puesto que el instinto maternal es para  cada uno de sus hijos, la bella flor convertida en un sabio consejo oportuno, lleno de orientación y sabiduría.

Además, las madres como mujeres: son la esencia de la sociedad, la antorcha encendida de la familia, el clarín de la convocatoria para sus hijos y descendencia y las forjadoras que nos instan a luchar para vencer las dificultades que se presentan en nuestro diario convivir.

En los meses de la gesta, prodigan el más profundo amor a veces incomprendido por quienes las rodean, pero, guardan en su alma con ternura el hijo que se forma en sus entrañas, que en la hora de la ciega, nacerá para la luz del día, y será la felicidad de una existencia con promesas esperanzadora para la humanidad.

Lamentablemente, tenemos que decir que por todo el mundo, y en nuestra Colombia, existen millones de madres con calvarios a cuestas por diferentes circunstancias, pero que a través de este sencillo pero sentido homenaje de amor y de solidaridad les decimos: que somos sus hijos y que nos solidarizamos con su causa y su propia desgracia, sea cuales fueren las circunstancias que las afligen, nos unimos juntos en un clamor al todo poderoso para que un día no muy lejano se haga justicia con cada una de vosotras: 

A quienes son agredidas, ultrajadas y muchas veces asesinadas por sus propios esposos, vaya un mensaje de amor y de esperanza, para que todo el calvario que han vivido un día no muy lejano, les sea compensado, y la justicia actúe como debe ser contra los responsables.

A quienes por diferentes circunstancias de la vida se encuentran privadas de la libertad, por haber defendido como madres cabeza de familia el pan y la educación de sus hijos, les deseamos que muy pronto brille para ellas nuevamente la libertad, para que se reintegren a sus hogares como ciudadanas de bien, continúen levantando y educando a sus hijos con esmero y cariño.

A las madres que equivocadamente o a veces forzadas, se encuentran en las filas guerrilleras o de otras organizaciones criminales, les decimos que sus hijos producto del factor de la descomposición social, podrían ser una flor en el fango, siempre y cuando busquen reintegrase a la sociedad e iniciar una nueva vida.

A las madres violadas y desplazadas por los grupos guerrilleros y otras organizaciones criminales, les pedimos que hagan valer sus derechos ante las diferentes instancias del Estado, y que no desmayen en el camino tortuoso de la paz, que aún empezamos a transitar, que aunque no son muy claros, quiera Dios que se logre encausar por los senderos de la legalidad.

Son miles las madres de familia que en los actuales momentos se encuentran llorando la pérdida de uno o varios de sus hijos, que muchas veces fueron arrancados de sus hogares por los grupos guerrilleros y en los actuales momentos desconocen su paradero, ni mucho menos la tumba selvática donde se encuentran sepultados, puesto que fueron masacrados por sus jefes guerrilleros, bajo el estúpido montaje de un consejo verbal de guerra.

Sobre los niños que se encuentran en las filas de las Farc, no hay ninguna claridad de cuantos son en la actualidad, pero que su reinserción a la vida civil, debe ser mediante un proceso de acompañamiento, donde los primeros responsables son los señores de las Farc, que deben aportar los recursos suficientes para poderlos reincorporar a la vida civil, mediante programas de rehabilitación y de resocialización, puesto que dejarlos a la deriva, no les va a traer ningún beneficio y fácilmente pueden irse para otras organizaciones al margen de la ley. 

Quienes nos encontramos en edad avanzada, debemos mirar con amor y gratitud los días ya lejanos, que por los desvelos de nuestras madres nos formamos como personas de bien, útiles y serviciales a la sociedad, se jugaron toda su existencia, hasta llevarnos por los caminos que conducen al puerto seguro de nuestro destino. Para todas ellas en su mes, les dedicamos  con inmenso cariño, este poema:

Madre, mujer y vida:  

La cumbre de tus años nos enternece  

Tu presencia maternal me da la vida,

Suplico a Dios conservarte muchos años

En el pedestal de tu gloria y mi existencia.

Eres ángel de bondad y tolerancia

Estrella que alumbra mi camino,

Con nueve meses de amor en tus entrañas

Eres la máxima expresión en mi vida y el destino.

Los meses de la gesta visionaron  

El futuro del hijo que anhelabas,

Fueron noches de ternura en que dijiste

Dónde está tu corazón, yo pongo mi alma.

¿Cuántos años han pasado madre mía?  

¿Del arrullo en tu pecho y el regazo?

Tus canas que son mis alabanzas  

Son plegarias a Dios por tus bondades.

Quisiera regresar a tus entrañas

Te lo juro por mi patria madre mía,

Para estar libre de rufianes y rapaces  

Mientras vuelva a brillar la luz del día.

Autor: Uriel Ortiz Soto

Bogotá mayo / 2016

urielos@telmex.net.co