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¿Qué hacer con los cultivos ilícitos?

El gobierno debe entender que no solamente de coca y marihuana se alimentan las redes del narcotráfico, existen infinidad de similares naturales y sintéticos que se consiguen a la vuelta de la esquina.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
20 de octubre de 2016

Todos los intentos que se han hecho para combatir el narcotráfico han sido fallidos, los miles y miles de millones de dólares gastados en fumigaciones, erradicación manual, entre muchos otros programas, son batallas sin resultados, con pérdida de vidas humanas y el recrudecimiento de la violencia en diferentes regiones de nuestra geografía.

La única forma de hacer frente a esta problemática es el de la sustitución por proyectos productivos en las zonas cocaleras, cultivando productos que sean de ciclo corto y en lo posible que tengan similitudes con el cultivo de la hoja de coca y la marihuana, con eso, los pequeños y medianos cultivadores de coca y marihuana no tendrán problemas de aprendizaje con relación a los que se les proponga.

El cultivo de la hoja de stevia, que es de ciclo corto y de fácil manejo para utilizarla como edulcorante, puede ser uno de ellos, puesto que se adapta muy bien a las zonas cocaleras y su mercado está asegurado tanto nacional como internacionalmente, además los procesos de industrialización son de fácil introducción.

Hay que reconocer que el país, se encuentra en la gran encrucijada frente al fenómeno del narcotráfico, pero, no todos son de cultivo, muchos son producto de nuestra madre naturaleza, por consiguiente, la política antidrogas debe reorientarse en tal sentido, no se puede seguir martillando sobre el mismo yunque, puesto que ya está demasiado gastado y de tanto martillarlo, lo único que produce son ruidos, frustraciones y vergüenzas para nuestro gobierno, que no obstante todas las colaboraciones nacionales e internacionales que ha recibido, los presupuestos destinados para tal fin, van a parar al saco roto de nuevas producciones cocaleras.

Pareciera que las autoridades no se han dado cuenta, que no es solamente de coca y marihuana, que se abastecen los mercados nacionales e internacionales, puesto que la naturaleza es pródiga en otros similares, los narcotraficantes son tan innovadores, que siempre van adelante de las medidas represivas de los gobiernos de turno, pero, también hay que destacar que la corrupción en las entidades oficiales encargadas de este control, son el capítulo de mayor vergüenza, son miles los agentes del Estado que han logrado amasar impresionantes fortunas por ser tolerantes con el narcotráfico especialmente cuando salen para el exterior.

Si se hiciera un estudio a profundidad de cuales, son las plantas vegetales productoras de alucinógenos, nos llevaríamos la gran sorpresa y deduciremos que quienes manejan estas políticas, además de ingenuos y muchas veces hacerse los de la vista gorda a cambio de mordidas, han demostrado su incapacidad para combatirlas, están tan desactualizados con las nuevas innovaciones que utilizan los narcotraficantes para poner al día sus producciones, que no necesitan acudir a la importación de precursores químicos, puesto que todo lo encuentran a la vuelta de la esquina, gracias a que la naturaleza es pródiga en proporcionarlos sin mayores inconvenientes.

Me permito citar solamente dos plantas productoras de alucinógenos: el cacao sabanero más comúnmente llamado, borrachero,-de donde se extraen las sustancias para la escopolamina- se consigue en los alrededores de Bogotá, y se cultiva en las narices de las más avezadas organizaciones nacionales e internacionales que dicen combatirlo, que no obstante con holgados presupuestos en dólares, la producción, industrialización, comercialización y consumo siempre va en aumento.

El segundo alucinógeno son los hongos, derivados de los estiércoles del ganado, que se consigue en los potreros, sin ninguna necesidad de aportes económicos y esfuerzo para obtenerlo, además el pasto, pan gola, con el cual se alimenta el ganado, es otro alucinógeno que se obtiene sin mayor esfuerzo, todas estas plantas alucinógenas son aprovechadas por los estudiantes cuando salen a caminatas lúdicas y a exploraciones medio ambientales.

Los precursores químicos que hasta hace unos años se importaban para el procesamiento de la pasta de coca, fueron reemplazados por los orines de cerdo, el cemento y las cenizas de árboles de las selvas de Colombia, además, los científicos de los laboratorios de coca, todos los días están ensayando nuevas fórmulas, pero de origen natural.

Total que los gobiernos deben tener en cuenta, que para combatir la siembra, producción, industrialización, comercialización y consumo de los alucinógenos, va a quedar muy difícil continuar haciéndolo desde el punto de vista represivo, toca acudir a serias investigaciones para conocer su comportamiento de origen natural, puesto que de continuar como hasta la presente fecha, por vías sancionatorias y represivas no se lograrán los resultados esperados.

Si bien la paz con la guerrilla de las FARC, se ha firmado como compromiso adquirido dentro del acuerdo: desarticular los carteles del narcotráfico, falta comprometerlos para que lo hagan en forma inmediata, puesto que en nuestro modo de ver, están vivitos y coleando, y si no se actúa con prontitud, pueden ser reemplazados por otras organizaciones criminales. No olvidemos que, los grupos guerrilleros entre otras actividades ilícitas, se han nutrido, armado y sostenido económicamente, con la producción, industrialización, comercialización y consumo de drogas ilícitas, que les ha representado tanto poder económico, que según estimativos son el segundo grupo subversivo y revolucionario de mayor poder económico en el mundo.

Por el rotundo fracaso de los métodos represivos para controlar la producción, industrialización, comercialización y consumo de drogas, se debe ir pensando en métodos persuasivos, con programas de educación y resocialización, procurando que en los manuales de convivencia deban tener consideraciones muy especiales, con el fin de impedir que los planteles continúen siendo escenarios del microtráfico, promovido por organizaciones de la calle, tienen tan bien montado su negocio a través de los estudiantes, que todos los días se ingenian nuevos métodos con gran sorpresa para los establecimientos educativos, padres de familia y las mismas autoridades.

Cuando productos, como en el caso de la coca y la marihuana, son sujetos de la ley de la oferta y la demanda, es porque tienen mercado asegurado, por lo tanto pretender erradicarlos, es tan difícil como querer acabar con la prostitución, la actividad más antigua de la humanidad.

La producción, agroindustrialización, comercialización y consumo, tanto nacional como internacionalmente de las drogas ilícitas no dan señales de aminorarse; más bien tiende a agravarse, puesto que en los últimos años, con la aparición de los carteles del microtrafico que operan especialmente en los establecimientos educativos, donde tienen su accionar agentes externos que se las suministran, el problema es de tal magnitud, que varios directores se están viendo en calzas prietas para contener el problema, son muchos los profesores y estudiantes, que se han visto amenazados, siendo víctimas de sus propios alumnos y compañeros, cuando en ejercicio de su autoridad les hacen un llamado de atención.

El problema de las drogas en Colombia, tiene mucha relación con la violencia guerrillera, paramilitar y bacrim, puesto que a través de la comercialización logran sostener el grupo de distribuidores y matones, que al estar metidos en el negocio se vuelven gentes sin escrúpulos para actuar criminalmente sin importarles quienes sean sus víctimas.

* urielos@telmex.nedt.co