OPINIÓN ONLINE
La izquierda asediada
“Oxi” a la Troika para recuperar la soberanía y voltear la tortilla en favor de la gente.
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En las turbulentas aguas del capitalismo del siglo XXI no resulta fácil
la navegación de un barco que lleva en el mástil una bandera de
izquierda. Peor aún si la embarcación se la has arrebatado a unos
malditos piratas que la volvieron una ruina. A duras penas puedes
conservarla en la línea de flotación. La izquierda no sólo debe
maniobrar para que el barco no se hunda sino que debe enfrentar a los
despiadados ataques de poderosas naves que, intelectuales como Vicenç
Navarro de las Universidades Johns Hopkins y Pompeu Fabra, resume en dos
palabras: terrorismo financiero. El terrorismo financiero es tan dañino
como el terrorismo militar, señala Navarro.
En cualquier lugar del globo en los que la izquierda gana el gobierno
debe elegir entre cuatro alternativas. La primera consiste en tomar el
estatu quo y hacerle un ligero maquillaje pero sin arrancarle una sola
pestaña. La segunda alternativa es la de tocarle los cojones al sistema,
apretarlo y domarlo para beneficio de la gente. La tercera que,
requiere versatilidad, es una combinación de las dos primeras. La cuarta
es la demagogia. En América Latina, y un poquitín en Colombia, hemos
tenido de las cuatro alternativas.
El sistema, como un boxeador en el primer round, observa y estudia. Si
eres un demagogo o un hábil maquillador te deja hacer. Si lo atacas, te
ataca con todas sus armas: financieras, políticas, mediáticas y
propagandísticas. En algunos lugares en los que no hay dioses ni leyes,
los dueños de las finanzas resuelven el asunto mediante una paliza, un
veneno, un calabozo, un coup d’etat, una horca, una trampa sexual, un
suicidio, en fin, con cualquier herramienta medieval o de este siglo, el
objetivo es sacarte de circulación. A veces utilizan métodos menos
ortodoxos tales como el de pasarte un maletín lleno de verdes y un
boleto de ida a un sitio remoto y paradisiaco para que te des la buena
vida, te olvides de tus ideas, te mueras allá y luego regreses a tu país
transformado en un poco más de 1000 gramos de cenizas.
Esta vez el blanco es Grecia. Mejor, Syriza, la coalición de izquierda
que intenta detener el proceso de pauperización de su pueblo y adecentar
la estima de una nación convertida en un desastre por cuenta de una
clase dirigente que sólo se fijó en sus bolsillos y en las ganancias de
los banqueros. La austeridad ha fracasado y las exigencias a Grecia son
indignantes, dijo Joseph
Stiglitz, Nobel de economía. La austeridad es un callejón sin salida y
aceptar la oferta de los acreedores supondría la destrucción de la razón
política de Syriza, escribió el Nobel de economía Paul Krugman. Europa
se construyó en los 50 sobre el abandono de las deudas públicas, comentó
Thomas
Piketty, autor de El Capital en el siglo XXI. Los expertos se han puesto
de acuerdo: no a la dictadura del capital financiero. El pasado
domingo el pueblo griego dijo OXI (NO en griego) a la troika financiera.
Durante casi todo el siglo XX la izquierda latinoamericana se fijó y
adoctrinó en los manantiales ideológicos de Europa. En el siglo XXI la
izquierda europea aprende de los procesos de transformación y
progresismo identitario que suceden en Latinoamérica. Hoy las ideas
fluyen de un continente a otro. No hay una idea dominante salvo la de
recuperar soberanía y voltear la tortilla en favor de la gente que paga
impuestos y pide lo justo para comprar comida, servicios y ocio. Salvo
la demagogia y el
maquillaje que no llevan a ninguna parte, todas las opciones de izquierda merecen comprensión.
En Colombia, donde nos han enseñado desde la primaria que hay dioses y
leyes, el capital dominante ha empleado toda clase de estrategias para
quedarse con todo el pastel. Los capitales mafiosos han matado gente de
izquierda, campesinos pobres e indígenas para concentrar la tierra. El
capital financiero mueve sus palancas políticas, jurídicas y mediáticas
para deshacerse quirúrgicamente de los gobiernos locales que han tocado
los cojones de los especuladores. La izquierda versátil es la única que,
hasta ahora, ha resistido al asedio y conseguido avances.
Después de lo escrito: tanto “patriotismo” hace que los políticos y
dirigentes colombianos se olviden de que hay mundo más allá de la
frontera. Salvo las administraciones de Petro en Bogotá y Elsa Noguera
de Barranquilla y la cantante Shakira, ningún “héroe” o “patriota” del
país rebatió las vergonzosas declaraciones del multimillonario Donald
Trump contra un pueblo amigo y latino como el mexicano.
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