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Yo tengo ya la casita

El ex congresista es hijo de un jubilado de Paz del Río y tiene una hoja de vida destacable, pero sin ingresos suficientes para hacerse a semejante propiedad.

Daniel Coronell
24 de julio de 2010

De acuerdo con los papeles oficiales, la casa tiene cinco alcobas y cuatro baños. Está en un bonito vecindario de Miami, cerca de Dadeland Mall. El terreno en el que fue construida mide más de 3.800 metros cuadrados y fue comprada hace cinco años por un poco más de un millón de dólares: 1.170.000 para ser exactos.

La imagen satelital de la propiedad deja ver el driveway, camino de entrada a la residencia, en medio de cuidados prados. La foto muestra la piscina al lado de un árbol centenario que extiende su sombra en el verano de la Florida. También puede verse una cancha de tenis, convenientemente rodeada de reflectores por si los residentes quieren jugar después de la puesta del sol.(Vea la imagen satelital)

En el registro de propiedades del condado de Miami-Dade consta que los dueños de la casa son Germán Olano y su esposa, María José Martínez. Germán era hasta la semana pasada representante a la Cámara por Bogotá, se hundió tratando de llegar al Senado y está en el ojo del huracán por cuenta de una conversación que le grabaron con el contratista Miguel Nule.(Vea el documento)

En esa charla, el parlamentario se refiere al contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi, en estos términos: "Yo fui y le hablé al Contralor de eso. Le dije tranquilo, coja el 50 por ciento de lo que voy a recibir, yo no necesito sino para mi campaña. Entonces eran 2.200 millones, entonces yo me mamo 1.100 y te entrego a ti el otro 50 por ciento". (Vea el video)

Por esas afirmaciones, y porque Germán Olano no ha tenido actividad conocida distinta a la política en los últimos veinte años, me llamó la atención que fuera dueño de esa casa.
 
El ex congresista es hijo de un jubilado de Acerías Paz del Río y antes llegar a la Cámara fue concejal de Bogotá, secretario de Tránsito y funcionario del Idema. Sin duda, una hoja de vida destacable, pero sin ingresos suficientes para hacerse a semejante propiedad.

Después de muchos intentos, el viernes pasado logré hablar con Germán Olano. Lo primero que me dijo es que había hecho amistad con Miguel Nule hace cinco años y que lo que afirma en la conversación grabada no tiene ningún fundamento. Él asegura que todo fue una mentira para impresionar a su interlocutor y que jamás ha tocado temas de plata con el Contralor.

Sobre la casa asegura que la compró en 2005 gracias a las facilidades de crédito. Él solamente puso 220.000 dólares y los casi 900.000 restantes se los prestó un banco, cuyo nombre no recordaba en el momento de la conversación. Me aseguró, eso sí, que por la crisis económica la casa hoy vale menos de 700.000 dólares, que como la hipoteca está por encima de eso ha pedido una refinanciación y que es muy probable que termine perdiéndola.

Cuando pregunté de dónde provenían los 220.000 dólares de la cuota inicial, me explicó que fueron el producto total de la venta de otra casa en Miami. El comprador fue otro contratista, pero del sector de la alimentación, llamado Jorge Ricardo Camargo. Lo que no cuadra es que según el historial de esa propiedad, la venta se hizo por medio millón de dólares y no por 220.000. Tanto es así que el comprador la vendió apenas nueve meses después por 489.000 dólares. (Vea el documento)

El periodista Gerardo Reyes de El Nuevo Herald descubrió que por los mismos días Germán Olano llegó a un acuerdo con la Policía de Miami-Dade para no ir a juicio. Según el expediente, el congresista ingresó a Estados Unidos con 38.000 dólares en efectivo, sin llenar los requisitos de ley. En el acuerdo para evitar el proceso, Olano aceptó entregarle 8.000 dólares al gobierno americano (Vea el documento). Solo recuerda haber dado 1.000 dólares y dice que su falta consistió en no declararlos ante la Dian en el momento de salir de Colombia.

Dice también que en su declaración de renta colombiana está reportada la casa de Miami, pero que les dará ese papel solamente a las autoridades, y en caso de que lo requieran. En los documentos que entregó a la Cámara en 2006, año siguiente a la compra, no aparece relacionada la propiedad.