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11/09 Una guerra que aún estamos sufriendo

Semana
9 de septiembre de 2011

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Fotografía de http://torresgemela.blogspot.com/ Fotomontaje Manuel Velandia

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En el momento en que ocurrió el primer atentado contra las Torres Gemelas estaba en medio de una reunión de trabajo con mi equipo de colaboradores Carlos Rojas, Rommel Rojas,  Paola Fonseca y Cesar, discutíamos un proyecto denominado “Creando puentes” —una guía para el trabajo con poblaciones vulnerables— financiado por el Ministerio de Salud en Colombia a la Fundación Apoyémonos; deliberabamos sobre los avances conceptuales concertados previamente con Waldemar de Gregory, Stella Betancourt y Crisanto Velandia.


Eran algo menos de las 9 AM  del 11/09 y sonó el teléfono; era mi hermana Ana Luisa… lo dijo rápidamente tal vez para que yo no pensara que era algo que había sucedido en la familia —era obvio que estaba llorando—, me pidió que viera CNN. En el instante en que encendí la TV presentaban las imágenes del avión que se había estrellado con la primera torre. Tuve mucho pánico y pensé que era el inicio de la tercera guerra mundial. No pensé que fuera un accidente sino un atentado, tal vez la conciencia de vivir en un país en guerra permanente me llevaba a pensar que no hay “accidentes”.


Me sentí muy triste y lloré viendo las imágenes, era increíble… me fue imposible concentrarme. Intenté seguir con mi rutina pero no pude hacerlo, puse nuevamente la TV y justo mostraban un plano cerrado el choque del segundo avión. No pude moverme, quedé petrificado frente a la televisión; fue terrible la sensación de ver caer la primera torre… pasaron por mi mente las imágenes de cuando conocí las Torres Gemelas en compañía del periodista Jairo Alberto Marín y de las fotos que me hizo estando yo sentado en las gradas, al lado de unas palmetas gigantes.


Recordé que un compañero y amigo nuestro justo estaba en NY, que iría ese mañana hacia las 9:00 a una reunión con un laboratorio farmacéutico en la Torres Gemelas para buscar financiación para un proyecto orientado a personas viviendo con sida. Sentí pánico al pensar que podría haber muerto. Me parecía inconcebible que alguien que vivía con sida y estaba sano hubiera ido justo a morir allí. Tuvimos esa incertidumbre por dos días, hasta que pudo comunicarse y decirnos que no lo habían dejado pasar del puente de Brooklyn.


Me llevé la mano a la boca tratando de ahogar un grito, mis ojos estaban húmedos como lo están ahora mismo. No podía creer que la primera torre se derrumbara en tan pocos segundos. Cuando vi las imágenes de la segunda torre que igualmente se desmoronaba quise creer que era una repetición de las ya vistas, pero inmediatamente hice conciencia de que al lado no había otra torre. No resistí más, salí corriendo con rumbo a ninguna parte, subí y bajé las gradas que daban a la segunda planta como buscando algo, no sabía que buscaba, nunca logré saberlo.


Ese día no pudimos ni quisimos trabajar más. Las emociones no nos permitían centrarnos; el interés en conocer la noticia de último momento nos obligaba a volver una y otra vez a la televisión para seguir los acontecimientos. Una y otra vez se saltaban las emociones y el solo hecho de pensar que pudieran ser varios miles los muertos me entristecía aún más.


No recuerdo exactamente las palabras de Bush, pero me retumbaban en la cabeza como una declaración de guerra a un enemigo desconocido. No dejé de pensar en lo que podría significar para el país, para nuestro conflicto interno y el peso que daría a los actores armados la imagen de un terrorista que logra desestabilizar un país completo, generar tal revuelo en el mundo y una guerra que aún estamos sufriendo.


Cuando terminaba esta nota me he enterado que el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció en la noche del  jueves el despliegue adicional de policías anti-terroristas, tras la amenaza "creíble" pero "no corroborada" de ataques con motivo del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

 

Querid*s periodistas ¿Qué dicen sobre el 11/S los libros de historia con los que se educan lo adolescentes y universitarios en Colombia??