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Angelino, el Polo, Dilian: decadencia distinta de la parapolítica

Semana
24 de julio de 2012

El vicepresidente Angelino Garzón, desde su lecho de convaleciente, reaparece para contradecir al presidente sobre la idea de una constituyente.

 

El Polo Democrático se suma a jornada internacional de respaldo a Hugo Chávez y hace las delicias de los colombianos que gustan comentar la política.

 

La ex presidenta del Congreso Dilian Francisca Toro se baja del avión presidencial y se entrega a la Fiscalía por un presunto delito que no sorprende a nadie.

 

¿Es solo un día desafortunado o estamos ante la calidad actual de los políticos?

 

De los vicepresidentes después de 1991, este logró que se hable de revivir la figura del Designado a la Presidencia.

 

El Polo Democrático viene enterrando sus opciones de poder con empecinamiento.

 

Dilian Francisca era un caso de entorno turbio que parecía olvidarse en las altas esferas.

 

Síntomas de variada decadencia: de modales políticos (Angelino), de estrategia de la izquierda y de escasez de líderes sin tacha en el Congreso.

 

Menos espectacular que la toma parcial del Congreso por la parapolítica, pero más honda, casi ineluctable.

 

Muchos de los congresistas que se aliaron con los paras están en la cárcel, purgados. Pero, ¿qué hacer con los exponentes de la decadencia?

 

Desde que se acabó la vida partidista en las formaciones no izquierdistas, lo que cuenta es conseguir los votos, no importa cómo, lo que incluye costales de dinero.

 

Darío Echandía, por mencionar a uno, no habría podido hacer política si hubiera nacido en 1985.

 

La preeminencia en la política se deriva hoy sólo marginalmente de las ideas y del carisma. Los posibles daríos echandía no están entrando al juego, disuadidos por lo que ven.

 

Los “barones electorales” llegan a la presidencia del Congreso, y hay que ver cómo nos ha ido.

 

Algunos creen que la solución es convertir la política en una actividad de “élites” que no necesiten dinero.

 

Tal vez es mejor solución bajarle al dinero en el sistema político y democratizar la vida partidista (recrear la vida partidista!) para abrirles paso a los mejores talentos políticos de diversas condiciones sociales.

 

Mientras, terminar de pasar este momento desafortunado de la decadencia.