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Bogotá se quedó atrás?: consecuencia de la falta de una visión de Moreno para la ciudad

Semana
5 de abril de 2009

Un amigo mío me hizo un comentario que me puso a pensar y darle aun mas sentido a mi último blog: “Falta de una visión de Ciudad”. Hablábamos sobre el éxito de la Asamblea del BID en Medellín y de lo impresionado que había quedado con la presentación que había hecho la ciudad para mostrar su mejor cara. Y remató con una frase lapidaria: “afortunadamente no se hizo en Bogotá porque aquí no tenemos las condiciones para hacer un evento de esta naturaleza”.

Hasta principios de esta década, se había vuelto un lugar común, que mis amigos de Medellín hablaran con asombro de los cambios que Bogotá mostraba al mundo. Esos comentarios eran el mayor elogio que podía tener nuestra ciudad viniendo de “paisas” que siempre habían visto a su ciudad como la mejor urbe de Colombia. Pero los cambios que ellos percibían eran tan evidentes, que tenían que rendirse enfrente a esta realidad.

Ocho años mas tarde, la situación ha vuelto a cambiar. Los habitantes de la Capital de la Montaña, muestran con orgullo la transformación de su ciudad. Un acuario, bibliotecas con excelentes diseños arquitectónicos, plazas públicas, un teleférico, etc, son una evidencia de, como en solo 4 años, el Alcalde Fajardo cambio a Medellín. Como Peñalosa, en su momento, entendió que la intervención del espacio público modifica la percepción de la ciudad y da una señal contundente de su transformación.

Pero detrás de las obras ejecutadas por estos dos alcaldes, hay un común denominador: una visión de ciudad. Las obras emprendidas, el manejo de los servicios públicos y las decisiones difíciles como los bolardos en Bogotá, y congelar la expedición de licencias de construcción en el Poblado, siempre tuvieron un telón de fondo claro de hacia donde se quería ir.

La necesidad de tener un objetivo claro, por parte de la Administración de una ciudad,  y tener la capacidad de vender su visión con hechos contundentes a la ciudadanía, es una condición fundamental para el éxito de su gestión. Esto es cierto en cualquier organización humana. Cuando esto falla, las acciones que se emprendan, por mas bien intencionadas que sean, se verán sin dirección y muchas de ellas sin sentido. Pero lo peor, no contar con el apoyo de la ciudadanía que finalmente deben ser sus beneficiarios.

Una ciudad como Bogotá no basta con solo administrarla, suponiendo que esta labor se haga bien, de manera transparente y manteniendo los logros obtenidos. Se necesita que se tenga la capacidad de continuar su transformación dinámica de manera permanente. Y este ejercicio debe ser evidente para propios y extraños como hoy sucede con Medellín.  Lamentablemente hace 5 años esta no es la realidad de Bogotá.

Para sustentar la afirmación anterior me permito formular una sola pregunta: Cual es el logro que Bogotá puede mostrar en los últimos cinco años y del cual usted se siente orgulloso?. Quiero aprovechar la posibilidad del Blog de tener una interacción con el lector, par leer las respuestas a esta pregunta.

Un columnista en un artículo reciente, de los que se ven a diario criticando a la administración Moreno, mencionaba que el Polo había tenido éxito electoral en Bogotá, pero que sus ejecutorias medidas por cambios evidentes en la ciudad, era muy pobres. Y lo peor, los avances conseguidos en el manejo transparente de los recursos públicos, se habían perdido.

Las dos administraciones que han manejado a Bogotá desde el 2004, han tenido en común la falta de una visión clara de ciudad que jalone su transformación. Y cuando a esa falencia se le añade un claro sesgo ideológico y clientelista que descalifica, la situación se enreda aun mas. Decisiones como desconocer las licencias en los Cerros Orientales, que cumplían con todas las normas, o la no chatarrización de los buses, son un ejemplo de la afirmación anterior.

Hoy la administración Moreno está con la obligación de revisar el Plan de Ordenamiento Territorial ( POT ), después de 10 años de su aplicación. Lo que está en juego no es un tema menor. El nuevo POT estará definiendo el desarrollo espacial urbano de nuestra ciudad para los próximos 10 años en un momento crítico cuando la tierra disponible dentro de su perímetro urbano se agotó.

La actualización de este instrumento y su proyección requiere tener clara la visión de la ciudad y haber tenido un proceso de participación amplia para su redacción. Hasta la fecha esto no se ha visto. Y si el incompetente manejo, que la Administración Moreno le ha dado al Plan Zonal Norte, es un indicio, el futuro de Bogotá será la consecuencia de haber tenido un Alcalde sin visión de ciudad que jalone su transformación.

Estos dos temas serán motivo de comentarios posteriores por el impacto que van a tener en el desarrollo de Bogotá en los próximos años.