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Cambiando nuestras conversaciones, cambiamos nuestra historia

Semana
25 de septiembre de 2010

Las noticias en nuestro país, cuando se toma uno el trabajo de verlas en un contexto histórico, muestran una situación muy preocupante: estamos secuestrados por nuestra historia. Leer una página cualquiera es como si la película de nuestra realidad se hubiera congelado en el tiempo. Los temas son siempre los mismos: narcotráfico, guerrilla, paramilitarismo, violencia y corrupción.

En nuestra agenda conversacional, no hay espacio para el análisis de las grandes tendencias y de los riesgos y oportunidades que de ellas se derivan. Tampoco hay cabida para ver proactivamente, los posibles objetivos y estrategias a seguir. Actuamos dentro de este marco de parálisis histórica mientras el mundo avanza muy rápido en un entorno de gran turbulencia e incertidumbre.

Quiero insistir:  nuestras conversaciones y por lo tanto, el imaginario colectivo, reflejan prioritariamente esa realidad congelada en el tiempo. Los medios de entretenimiento, no se si de manera consiente o inconsciente,  siguen el juego y aportan al estatus quo.  Las telenovelas como el Capo o las películas como Rosario Tijeras, mantienen la atención morbosa de un publico que no exige nada mas. Como consecuencia, como espectadores de nuestro propio destino, vemos pasar las mismas imágenes, que como en un recinto de los espejos, se reproducen al infinito impidiéndonos liberarnos de nuestra historia para poder avanzar.

La historia es importante y no quiero que se me vaya a mal interpretar. Hay cosas que han sucedido en el pasado que nos deben de hacer sentir muy orgullosos. Pero también,  hay otras  que nos deben de avergonzar. El problema surge cuando las utilizamos  para justificar nuestra incapacidad de evolucionar.

Recurrimos a nuestro pasado para auto justificar la repetición de las acciones que han demostrado su inoperancia hasta la saciedad para cerrar las brechas internas y externas que tenemos como sociedad. En este sentido, nuestra incapacidad de superar nuestra historia y escribir una nueva, se convierte en un lastre muy pesado de cargar.

En un mundo donde la velocidad, la flexibilidad, la capacidad de adaptación, son cada vez mayores, el viajar con una carga histórica tan pesada, en el mar turbulento del siglo XXI, es una garantía de que estaremos condenados a ver pasar a unos barcos mas ágiles y veloces que avanzan hacia la post modernidad.   

Hace dos años tuve la experiencia de participar en un proceso de Coaching. Julio Olaya, extraordinaria persona que facilitó algunos talleres, comentaba que la calidad de las conversaciones determinan la capacidad de acción de las personas , las organizaciones y la comunidad. Por esta razón, Colombia necesita generar muchos espacios donde se den las conversaciones relevantes para que podamos escribir una nueva historia. Necesitamos montarnos en la ola de los cambios de paradigma que hoy son una realidad mundial y para hacer este viaje, se requiere, como ya lo dije, de un equipaje mucho mas liviano que el que hoy cargamos los colombianos por cuenta de nuestra historia.

Para aportar a este propósito, quiero compartir con mis lectores en el siguiente Blog, las conversaciones mas relevantes que se dieron en el espacio de Expogestion, la extraordinaria iniciativa de Gustavo Mutis y sus socios, donde anualmente se tienen a pensadores de talla mundial. Es una ventana al mundo que nos invita a alejarnos del cuarto de los espejos donde solo nos miramos a nosotros mismos, para que nos atrevamos a asomarnos a ver una realidad distinta,a un nuevo juego para el cual, lastimosamente no nos hemos venido preparando con los inmensos costos que esto tiene para el desarrollo de nuestro país.