Colombia regional. Mejor no copiar tal cual el Voto Caribe

Tres ideas sencillas para mi ingreso a esta discusión:

1) La regionalización debe hacerse con criterio económico, no cultural. De la idiosincrasia o la identidad no vive la gente. Primero ingresos y luego más cultura.

Ahora, soy partidario de movilizar la identidad (o algunas de las múltiples identidades) para empujar el desarrollo económico, pero eso es otra cosa.

2) Si la regionalización que tiene más sentido es económica, entonces las regiones no deben fijarse o delimitarse por ley, porque estas serán cambiantes según las oportunidades y necesidades del desarrollo.

Desde este punto de vista, las regiones reproducirían, a mayor escala, la arbitrariedad frecuente en los actuales límites político-administrativos.

3) La regionalización necesaria y el actual esquema de administración municipal riñen tanto o más como el centralismo y la Colombia regional, pero de eso no se habla.

Encontrar un equilibrio entre la racionalidad política (estrecha), que ha primado, y la racionalidad económica, es el reto fino, más que conciliar unidad nacional y “regionalismo autonomista”, que es una idea del Caribe.

Pero ahora que se busca expandirla con una papeleta regionalista en las elecciones de octubre, habría que dar una respuesta más persuasiva.

El gobierno dice: no cabe un tercer nivel territorial (municipio, departamento … y región), o no estamos preparados, y la fórmula es la asociatividad de departamentos y municipios por grandes proyectos. De acuerdo.

La discusión, sin embargo, no acabará con la aprobación del proyecto de ley de ordenamiento territorial que presentó el Gobierno. Y no solamente por la Corte Constitucional.

Además de controvertir el discurso romántico y un tris populista de Verano de la Rosa, el gobernador del Atlántico, hay que entender (u oír) más lo que dice el ala técnica de la visión de la Región Caribe.

En todo caso, ponerse de copietas del texto del voto Caribe, o asistir impasibles a eso, no parece buena idea.