Home

Blogs

Artículo

Comer, amar y rezar

Semana
5 de octubre de 2010


Normal 0 21 false false false ES-CO X-NONE

Se trata de una película bella por su música, sus paisajes y las imágenes de los alimentos, una especialidad amplia y compleja de la fotografía, basada en la novela autobiográfica de Elizabeth Gilbert. Su tema es la ardua construcción de la paz interior, la búsqueda, a menudo sorprendente, de las verdades personales. Se trata del proceso ineludible que cada cual debe seguir al madurar a través del aprendizaje a partir de las experiencias de la vida. Se refiere al viaje interior que cada uno debe emprender porque así lo exige su propia naturaleza, aquella necesidad inexplicable que obliga a romper con lo convencional, a desobedecer, a inventarse una vida propia. Y poco tiene que ver con la ubicación geográfica. Más bien alude a la introspección, a la búsqueda en el inconsciente, en la mente de cada cual, y al coraje que éste reto requiere, puesto que implica renunciar a la comodidad de la rutina, desafiar las creencias que se daban por ciertas, con los duelos que exigen las pérdidas, así que se trata de un proceso que con frecuencia resulta en hallazgos impredecible, y además no siempre pueden anticiparse la totalidad de las consecuencias de las desiciones, hasta el punto que para muchos éste es el verdadero pecado original. Más bien con este viaje personal se quiere lograr una actitud justa y permeable a los estímulos del mundo y sus habitantes. Así que cada cual debe seguir su propio camino, nadie está capacitado para decir a otro ser humano qué ruta debe seguir. Por otro lado, tal vez por esas mismas razones esta película está llena de lugares comunes: el primer matrimonio joven y perfecto, seguido del primer divorcio trágico y formal, después vino la segunda pareja elegida de una manera más realista, pero que se rompe por sutilezas, por nada en especial; y siguió con sus aspiraciones de encontrar el amante excelso en Italia,  porque toca el difundido prestigio latino en el campo amoroso, así mismo buscó la paz interior en la India y la sabiduría milenaria en Bali; hasta que por último, luego de aceptar su propia sed de intimidad, y a pesar de su terror a necesitar de otro ser humano, le es posible encontrar el amor definitivo, la pasión fulminante por el hombre más interesante, como dicen las señoras, que no es el más bello, el más joven ni el más delgado, ni siquiera se afeita, está divorciado y tiene hijos, una feliz coincidencia que por supuesto se da en el lugar más improbable y en el momento más inesperado; así que ni aun la procreación es un valor universal, por el contrario, la pareja postreproductiva es más probable que tenga éxito.

A mi manera de entender las cosas, la premisa de esta película es que el camino hacia una vida satisfactoria y equilibrada y fértil está en arriesgarse a regresar a lo elemental, a una existencia sencilla, por qué no, a la buena mesa, a correr el riesgo de amar y ser amado, a cultivar una vida espiritual rica, no solo en el sentido de las plegarias arrodilladas de la tradición cristiana, me refiero a la posibilidad de construir una vida grata, escoja lo que escoja hacer, el credo que decida practicar, el oficio que desee ejercer y el lugar a donde quiera vivir. Así que el mensaje es más bien una invitación a darse la oportunidad para ensayar nuevas maneras de hacer las cosas, pues los designios del Señor siempre son misteriosos, tal como puede leerse en la Biblia.