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Como se toman las decisiones públicas en Bogotá?

Semana
1 de mayo de 2009

Al ver el debate que se está generando alrededor del sistema de transporte masivo en Bogotá y las últimas noticias acerca de la participación de “una Universidad” para que determine cúal es la mejor alternativa para que la Nación apoye las inversiones relacionadas, no deja de causar indignación la forma como nuestros políticos toman decisiones que comprometen la calidad de vida de todos nosotros.

La historia parece que a todo el mundo se le olvida. El debate sobre el Metro en Bogotá, como recordaba en otro blog, viene desde 1943 durante la alcaldía de Carlos Sanz de Santamaría. Durante el gobierno Samper y la primera administración Mockus, se había llegado a un acuerdo para que la Nación financiara una buena parte del proyecto.

Al llegar Peñalosa a la alcaldía, se llega a la conclusión que los costos/km de este tipo de transporte, son demasiado altos ante la alternativa que se ofrecía con la experiencia de Curitiba en Brasil y Quito en Ecuador. En estas ciudades se utilizaban lineas exclusivas para un sistema de bus mas sofisticado. Así nació Transmilenio y se convirtió en un modelo internacional por su eficiencia y manejo.

El hoy Alcalde Moreno, sin mayores estudios, y con el único fin de ganar la elección a la alcaldía, aprovechó el debilitamiento en que su antecesor había dejado al sistema de Transmilenio.  Garzón se dejó manosear del gremio transportador y dilató el retiro de buses viejos. También, demoró la continuación de la Fase III de este proyecto. Sobre estas bases Moreno lanzó la “brillante idea del Metro para Bogotá”, sin mostrar como lo iba a hacer, y cuales eran las cifras comparativas que sustentaban la viabilidad e impacto de su propuesta en las finanzas de Bogotá hacia el futuro.

El Presidente Uribe, habilísimo político, que actúa cada vez mas con el hígado que con la cabeza, para quitarle protagonismo a Moreno, anunció que apoyaría la financiación de la propuesta de un Metro para Bogotá. Pero los hechos que se han venido desarrollando posteriormente, nos muestran que sus intensiones eran otras. Y para ello aprovechó la propuesta del Gobernador de Cundinamarca del Tren de Cercanías.

Hoy se está en el pantano en el que normalmente caemos en Colombia cuando se trata de enfrentar decisiones de gran impacto. La improvisación de una campaña política, la inconsistencia de los votantes y la irresponsabilidad de los Medios de Comunicación que tampoco cuestionaron la propuesta, ni ayudaron a recordar el pasado, nos tienen enfrentados a la cruda realidad : no tenemos los recursos para adelantar en simultánea el Metro, el Tren de Cercanías y continuar con las demás fases de Transmilenio.

Por todo lo anterior, creo que me quedo corto al preguntar con indignación: como es que se toman las decisiones públicas en Bogotá?... Hasta cuando, la indiferencia y la inconsciencia de todos nosotros va a seguir alcahueteando esta superficialidad inaudita?. Porque no podemos hacer oportunamente las preguntas pertinentes para evitarnos tener que lamentarnos por las consecuencias de decisiones públicas mal tomadas que comprometen nuestro futuro?.

La verdad, esta es una decisión que se debe de tomar de manera fría y sin meterle mas contenido político. Hace 10 años, Transmilenio nació porque eran evidentes sus ventajas en costo por pasajero/km recorrido. Hoy tenemos la experiencia y los costos actualizados. Es contra estas cifras que se debe evaluar la alternativa del Metro. En mi concepto, el Tren de Cercanías, es una propuesta complementaria que atiende a una realidad creciente de interconexión con los municipios aledaños a Bogotá. Por esta razón, no puede ser que esta idea también se vea afectada por un análisis mal hecho del Metro.

Finalmente, entiendo que hay decisiones políticas porque afectan la calidad de vida y los recursos públicos. Pero lo que no es aceptable son las decisiones improvisadas que comprometan esos recursos de manera irresponsable por un afán “politiquero”, término  utilizado todos los días por nuestro Presidente que nos tiene acostumbrados a predicar una cosa y hacer otra. Y este mensaje también le cae como anillo al dedo a nuestro Alcalde Moreno.  Alguien tiene una lectura diferente de esta realidad?.