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Con Partido Verde en Unidad Nacional, pierde la democracia

Semana
19 de abril de 2012

Que si Lucho Garzón está quedando como un lagarto o como … ¿un hábil político? El ex Fiscal Gómez Méndez quiso moderar, en El Tiempo, la impresión que pudo crear un artículo de Semana.

 

Pero se les puede sugerir otra preocupación a los verdes: ¿piensan tener candidato presidencial propio en el 2014?

 

Si sí, ¿van a entrar al Gobierno con un “paquete” de altos cargos y a presentarse dentro de menos de dos años como alternativa frente a la reelección de Juan Manuel Santos? Sonaría a chiste.

 

Si no, pues “hagan lo que quieran”. Como estar de “regalados” en la Unidad Nacional. Más seriamente, sí es un problema para la democracia lo que está haciendo el Partido Verde.

 

En un multipartidismo razonable (no más de 5 partidos fuertes, varía la preferencia), se necesita un partido ambientalista, verde.

 

Con el espíritu del que hizo chiste el presidente Santos: “¿cuál es la diferencia entre un ambientalista y un terrorista? Que con el terrorista se puede negociar”.

 

Es necesario ese espíritu en el Congreso. Si se deja el tema en manos de los grandes partidos, el ministro de Ambiente puede terminar siendo un Frank Pearl sin control político ambientalista.

 

Ahora, como el Partido Verde colombiano no es verde, eso lo vuelve “redundante” en términos programáticos en la coalición de gobierno. ¿Qué hace allí?

 

Dicen que el presidente Santos quería fortalecer su “equipo de rivales”, como Abraham Lincoln.

 

El detalle es que Mockus, el rival, ya no estaba con los verdes, y en todo caso precisa de Mockus, como de Vargas Lleras y de Rafael Pardo, para su fresco histórico.

 

La pretensión de los verdes de meterse de protagonistas en el tema de restitución de tierras, donde ya hay bastantes protagonistas, muestra su falta de norte estratégico.

 

Si les dieran la dirección de Colciencias, tal vez se volverían adalides de la ciencia, la tecnología y la innovación, aunque difícilmente con Lucho Garzón de presidente del partido.

 

Sergio Fajardo, que tiene credibilidad en educación, no manifiesta interés en el partido. Habría que hacer un análisis de los elegidos para saber cuál puede ser una fortaleza común.

 

Son cinco senadores y tres representantes. Gilma Jiménez (niños), Jorge Londoño (no suena), Félix Valera (suena menos), John Sudarsky (sistema electoral) e Iván Name (no suena).

 

Alfonso Prada (inteligente todero), Ángela Robledo (sobresale), Carlos Amaya (educación superior). Son impresiones desprevenidas.

 

Parece que la mayoría de ellos cree que puede aportar más a la política y a la democracia dentro de la coalición de gobierno que por fuera. Sus razones tendrán.

 

Para efectos de gobernabilidad no hacen diferencia, pero sí podrían hacerla para un mejor control parlamentario, programático y público a distintas políticas del gobierno, sin la camisa de cohibición de ser de la Unidad Nacional.

 

También, por supuesto, podrían tener una propuesta de gobierno y un candidato presidencial en 2014. Tal vez la tarea importante no es entrar al Ejecutivo o a la diplomacia.