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Conversaciones relevantes para la competitividad

Semana
3 de octubre de 2009

En una reunión esta semana con un grupo de personas notables, yo les mencionaba que en Colombia las conversaciones diarias están secuestradas por nuestra historia. Este lastre es un ancla que nos impide ver el futuro. Y si aceptamos que conversar con otra persona es cambiar juntos, al no soltar nuestra historia no seremos capaces de transformar nuestra realidad.

En artículos pasados también he venido insistiendo, que en nuestro país necesitamos con urgencia desarrollar nuestra infraestructura física. El atraso en este campo es otro lastre que nos impide lograr niveles de competitividad importantes y sostenibles. Pero además de recursos que permitan costear las inversiones inmensas que se requieren en puertos, carreteras y ferrocarriles, se necesita una manera distinta de pensar.

Y el comentario anterior me lleva a hacer visible un tema que nos es materia de conversación en este país y en Bogotá: la necesidad de construir una infraestructura mental adecuada a las nuevas realidades globales. Por esa razón es que en los últimos tres artículos me concentré en las competencias y áreas del conocimiento para el Siglo XXI.

Por esta razón me ha parecido pertinente tomar como referencia el artículo de Adriana La Rotta publicado hoy en El Tiempo sobre lo que vale la pena copiar de los asiáticos. Dos temas para resaltar: en Hong Kong los maestros de matemáticas y de biología son personas consideradas tan valiosas que son motivo de reconocimiento público y el aprendizaje en esta parte del mundo no termina cuando suena la campana.

Como lo muestra la articulistas, al terminar la jornada escolar, mas de la mitad de los niños en Taiwan, Japón, Corea y ahora China, continúan estudiando pagando costosos profesores para avanzar mas rápidamente. Para la gente de estos países, el tema no es como competir, sino como ganar en un mundo globalizado. Y han entendido que para ello se requiere un juego de valores diferente.

En el Lejano Oriente se valoran el conocimiento y el esfuerzo por lograrlo. También se valora el trabajo duro y la práctica que hace al maestro. La diferencia entre ser bueno y ser sobresaliente es el tiempo que uno le dedica a una disciplina. Eso lo saben los virtuosos de la música, los deportistas que baten los récords, o los científicos que han hechos descubrimientos excepcionales.

En el Asia de hoy se entiende que no hay almuerzos gratis y hay que hacer sacrificios por parte de los padres de familia para que sus hijos sean excelentes.  Por esta razón el 25% de los estudiantes en las universidades americanas, como Harvard, MIT, Columbia y Stanford, provienen de esta parte del mundo.

El ejemplo de los países asiáticos deja una lección para nuestro país y para Bogotá y su región. La infraestructura mental, a la que he hecho referencia, se construye sobre la base de unos valores como los descritos porque hay padres de familia consientes de la necesidad de hacer sacrificios para exigir a sus hijos tiempo y esfuerzo que les permita ser los mejores.

Pero también se valora la ciencia, la innovación y la tecnología. Por esta razón los programas de doctorado en las universidades mencionadas son cada vez mas  aprovechados por los asiáticos. Lo anterior explica el porque, empresas como Samsung de Corea, es hoy en día líder en productos electrónicos y porque los USA dependen cada vez mas del Asia para abastecerse de productos críticos para su economía.

Es importante resaltar que los valores de una sociedad definen lo que esta es capaz de realizar. Igualmente enmarcan las conversaciones relevantes que permiten cambiar su realidad. Y estas son las bases que sirven de fundamento para construir su infraestructura mental que les facilita, no solo competir, sino ganar.  

Mientras que en Colombia no desarrollemos una agenda conversacional diferente y relevante para nuestro desarrollo, enmarcada en un juego de valores que la sustenten,  tendremos muy pocas posibilidades de progresar a la velocidad que exige los cambios en el mundo actual.  Si nuestras conversaciones solo se refieren a la reelección de Uribe, el paramilitarismo, el narcotráfico o las Farc, estamos condenados a quedar anclados en nuestra historia que se convierte en una carga muy pesada de llevar.

Y en este desafío los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad. O ayudan a enmarcar nuestras conversaciones desde la perspectiva que yo propongo, o asumen la carga de ser simplemente cajas de resonancia de una realidad que de esa forma no se podrá cambiar. Pero también, es responsabilidad de cada uno de nosotros informarnos mejor sobre lo que está pasando mas allá de nuestras fronteras para tomar  mejores decisiones  y para abandonar nuestra proverbial pasividad.

A leer este artículo a miembros de mi familia me hicieron dos preguntas:

Que tanto es sostenible y deseable el modelo de desarrollo como el descrito?,
Que hay que hacer para mover a al país hacia una mejor calidad de vida que sea sostenible en el tiempo?.  

Este tema me abre una posibilidad para otras reflexiones para el siguiente blog. Y de nuevo, se abre la discusión: que piensa usted querido (a) lector (a) ?