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El elefante de Uribe

Semana
16 de julio de 2008

Es probable que las fuerzas militares actuaran para el rescate y el Presidente Uribe y el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, no se hayan enterado o que los militares los hubieran “engañado”, pero en algún lugar la excusa dada por Uribe, para explicar el “error” de un miembro de las fuerzas armadas que estuvo en el rescate a los secuestrados, suena a mentira.
 
No es creíble que por “error” un soldado lleve consigo un símbolo como el de la Cruz Roja Internacional y decida ponérselo. Eso no es un “error”, es un hecho premeditado, porque debió conseguir el peto previamente, decidir llevarlo consigo, ponerlo en su bolsillo y ponérselo sobre el uniforme.
 
El problema no es sólo que se haya violado el Derecho Internacional Humanitario, sino que el “error” estaba premeditado, de otra manera no se explica que se “huribieran” atrevido a utilizarlo.
 
Pero según parece este no es el único desliz anti-ético, ya que no solo se violaron los derechos de la Cruz Roja, sino que la ONG española Global Humanitaria denunció en Barcelona, ante el gobierno español, el presunto uso de su registro por el ejército colombiano en el mismo rescate. Global Humanitaria ha informado que "se reserva el derecho de emprender las acciones legales pertinentes para asegurar la integridad de su identidad y la correcta información sobre su trabajo y objetivos".
 
No todo fin justifica los medios. Y las armas que se usen siempre serán las que terminarán apuntando al que las ostenta. Usar a entes ajenos al conflicto termina haciendo legítimas las mentiras y no permite exigir luego respeto por el juego limpio, además de afectar la credibilidad de quienes sólo participan en la guerra paliando el dolor de las víctimas de parte y parte.