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El regreso de Uribe

Semana
14 de octubre de 2010

Una cosa si queda muy clara con el regreso del ex presidente Uribe al ruedo político, y es que no regresó precisamente con el ánimo de ejercer colaboración constructiva con independencia crítica, frente al gobierno de Juan Manuel Santos.

Álvaro Uribe regresa al país para vigilar que sus políticas, las que confió a Juan Manuel Santos, a quien dio todo su respaldo, no se vayan al baúl de los recuerdos por cuenta del vuelo propio que parece tomar el presidente actual.

Si algo le disgusta al ex mandatario, es que sus instrucciones no se sigan al pie de la letra, y sabe y es consciente de que eso puede suceder durante los próximos cuatro años ahora que se encuentra fuera del poder, por eso decide volver al ruedo con el fin de apoyar candidatos a alcaldías y gobernaciones y de paso generar compromisos, no solo con quienes resulten elegidos gracias a su posible apoyo, sino también con los congresistas que lancen aspirantes a ocupar cargos en las regiones y él les preste su ayuda.

El ex presidente Uribe no puede ejercer ningún control sobre Juan Manuel Santos, pero si sobre los congresistas de la U y posiblemente también del conservatismo, por lo que ejercerá a través de ellos una especie de oposición sobre los proyectos que no le gusten, como el de víctimas y tierras, así en público diga que prestará todo su apoyo al gobierno actual y que no será una especie de piedra en el zapato. Si así fuera, no pondría objeción alguna para que las víctimas de agentes del Estado sean reparadas.

Suena un poco extraño pensar que Uribe va a darle apoyo a la coalición de Juan Manuel Santos, cuando en ella hacen parte los liberales, quienes le hicieron oposición durante sus ocho años de gobierno, pero además en ella están los miembros de Cambio Radical, los que votaron en contra de su segunda reelección, hecho que no lo dejó muy contento.

De manera suspicaz me atrevería a decir que el ex mandatario no ha descartado del todo buscar la Alcaldía Mayor de Bogotá, mucho más ahora que fue aprobado en la Comisión Primera de la Cámara la posibilidad de que alcaldes y gobernadores puedan quedarse en el poder de manera inmediata a partir de 2015. Lo anterior lo digo teniendo en cuenta las recientes declaraciones de Uribe y el embrujo en que parece haber dejado a este país, embrujo que hace que en momentos en que el proyecto de prosperidad democrática no ha levantado vuelo propio, haya congresistas que celebren su regreso y le ofrezcan recepción en su casa, y me atrevería a decir con toda seguridad, que poquito les faltaría para quitarle la bandeja al mesero y servirle de sus propias manos las copas de vino que se tomó en medio del agasajo.

No me cabe la menor duda que el menos contento con la celebración fue el presidente Juan Manuel Santos, al ver que los senadores y representantes de su obra maravillosa, que el, iluminado en los soles que alumbran el Uberrimo bautizó con el nombre de la U, no están pensando en el cómo su jefe supremo, así el cuchillo y la espátula para repartir la torta que se han de comer en la próxima celebración se encuentre en sus manos, sino en alguien que lejos del trono, para ellos sigue siendo el rey.

No podría asegurar que las próximas lágrimas de Santos sea por la desobediencia de sus hijos y tenga que consolarse con la adopción de unos nuevos que vestidos de traje rojo, piden cama y cobijas en el Palacio de Nariño tras doce años de ausencia, pero lo que si se, es que la puja entre la oposición que claramente va a ejercer Álvaro Uribe y la lucha de Santos por demostrar quién es el que manda, va a estar como para alquilar balcón

Por otro lado: Será que la investigación que acaba de abrir la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes al ex presidente Uribe por las chuzadas del Das, servirá para que el órgano se quite la imagen de ineficiente? Amanecerá y veremos dijo el ciego

Oscar Fernando Sevillano

Periodista Investigador

Corporación Nuevo Arco Iris