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El Tiempo, Planeta y la personalidad colombiana en los próximos cien años

Semana
30 de enero de 2011


Con propiedad mayoritaria del Grupo Planeta, español, ¿quién puede garantizar que en el siglo XXI se mantendrá el “talante santista” de la Casa Editorial El Tiempo-CEET? Nadie.
 
Pero, ¿importa el “talante santista”? Depende de con qué sería remplazado.
 
Aparentemente, la CEET dejó de ser un proyecto de la dinastía Santos y de otras familias. Ahora es un negocio, no de periodistas, sino de industriales y banqueros (Sarmiento Angulo).
 
Por este y otros factores (por ejemplo, la quiebra del bipartidismo), los próximos cien años de El Tiempo no se parecerán a su primer siglo. Por ende, tal vez ni intuyamos cómo será su influencia.
 
El editorial de los 100 años proclama que no abandonará “su independencia frente a grupos políticos”, pero calla, obligadamente, respecto de los grupos económicos.
 
Ciertamente, el “talante santista” ha sido medular en el característico “término medio” colombiano. Un talante que se fusionó durante mucho tiempo con el Partido Liberal.
 
Hoy todo eso es distinto. Roberto Pombo podría ser “el último de los Santos” al frente del diario, que hace al menos 20 años no es partidista, aunque sí gobiernista.
 
Esta incertidumbre es un gaje de la globalización. Nada que hacer.
 
Si uno cree que al “término medio” habría que añadirle grandeza, determinación, intensidad, para sazonar la proverbial mesura, la intuición es que resulta preferible una gente que quiere ser presidente (o regañarlo) a otra que quiere hacer plata, básicamente.
 
Al negocio le conviene no ofender la tradición del diario y consagrarse a “los intereses de los lectores colombianos”, pero es un hecho que las condiciones estructurales han cambiado.
 
Veremos si “El Tiempo pasado fue mejor” o si el futuro nos sorprenderá gratamente.