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El virus Influenza A N1H1

Semana
30 de abril de 2009

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Virus, un término proveniente del latín virus que significa veneno, son microrganismos tan pequeños que solo pueden verse con microscopio electrónico, no con el de luz. Un diseño asombroso de la naturaleza por su simplicidad extraordinariamente versátil que mutan con facilidad adaptándose al ambiente, asegurando su supervivencia ya que requieren células de plantas y animales para reproducirse, pues carecen de las herramientas bioquímicas esenciales para hacerlo por sí mismos, podría decirse que se ubican en la frontera entre lo vivo y lo inanimado. Además de su apariencia pueden clasificarse según si la información para su replicación está contenida en ADN, como el Herpes, o ARN, como la Rubeola, adicionalmente se agrupan por la secuencia de aminoácidos de sus proteínas fundamentales y las enfermedades que causan. Con estos datos se crean las vacunas que estimulan el sistema inmunológico para proteger a quienes se exponen a ellos, indudablemente un progreso que ha salvado a millones.

En el caso particular del Influenza, con cadena sencilla de ARN, suelen circular por el mundo y el más difundido es el grupo A, no tanto el B ni el C, sus proteínas esenciales, neuroaminidasa (N) y hemaglutinina (H), les sirven para adherirse a las células que infectarán y se manifiestan en múltiples serotipos, como el nuevo N1H1 que incluye segmentos genéticos de Influenza A porcina y aviar, contra el que se formulará la próxima vacuna estacional que será útil en brotes  periódicos de gripa venideros. Usualmente estas mutaciones surgen entre aves y cerdos, no son específicas de nuestra especie, pero el riesgo aparece cuando se hacen dominantes aumentando la probabilidad de contagio humano, luego adquieren la potencialidad de transmitirse entre la gente, como la Gripa Española de 1918 y la situación actual. Estas infecciones son agresivas por ser desconocidas para el sistema inmunológico, reflejándose en complicaciones que suelen presentarse en los vulnerables: niños, ancianos, personas con compromiso de la inmunidad, así como también afecta la concentración viral en el paciente y su demora para consultar al médico.

El 23 de abril de 2009 México informó sobre este virus desconocido que apareció en el estado de Veracruz. Hoy se sabe que se contagia de persona a persona, a diferencia de la Gripa Aviar de hace cuatro años la posibilidad de transmisión a través de carnes cocinadas es remota. Al conocer el patrón de diseminación, la Organización Mundial de la Salud lo clasificó como pandemia con grandes grupos de transmisión, restringidos aparentemente y sugestivos de que mejora su adaptación al hombre por su contagio progresivo y sostenido. En suma, se ha confirmado su presencia en varios países, mientras en Colombia no se ha encontrado hasta el momento. Con esa base, expertos nacionales construyeron un protocolo de aplicación local, que también me sirvió de fuente para este texto, se trata de instrucciones para quienes trabajan con estos pacientes, así mismo, se plantearon guías de salud pública implementadas desde el estado.

Un caso sospechoso es igual a una gripa común y corriente: aparición reciente de congestión nasal, dolor de garganta, tos, fiebre; pero el signo de alarma es la procedencia de México, Estados Unidos, Canadá, España, Inglaterra, Alemania, Nueva Zelanda, países donde se ha confirmado la presencia del virus, así como el contacto en los últimos diez días con pacientes sintomáticos provenientes de esas zonas. Entonces para evitar la diseminación se recomienda: lavar la manos frecuentemente, taparse la boca al toser, evitar saludar de mano y beso, así como frotarse los ojos y asistir a concentraciones masivas; para personal de salud, usar guantes y tapabocas con pacientes sospechosos; en los servicios, utilizar áreas de espera y hospitalización aisladas, designar grupos para el manejo de estos casos; por último, los sospechosos deberán usar pañuelo de tela y tapabocas durante su estancia en la clínica,  así como limitar visitas y desplazamientos. En otro orden de cosas, un contacto es quien haya cuidado, estado o vivido con un caso sospechoso, probable o confirmado, entonces de alto riesgo son familiares y trabajadores de la salud, mientras de bajo riesgo, quienes no se acerquen a menos de dos metros de distancia; en todo caso, al no tener síntomas debe observarse durante siete días sin que amerite consulta ni aislamiento, solo se recomienda ausentarse de lugares públicos y, si aparecen malestares, acudir al médico notificándole el antecedente de exposición.

Por otro lado, no requieren atención quienes estén libres de manifestaciones que sugieran peligro para la vida, sin embargo, en los menores de dos meses, la fiebre y la disminución de la ingesta siempre obliga a consultar, a estos grupos se le da tratamiento convencional para la gripa. En cambio necesitan cuidados quienes tienen deshidratación, dificultad respiratoria, dolor torácico, vómito persistente, deterioro neurológico, fiebre incontrolable, esputo purulento; se hospitalizan adultos con evolución desfavorable, al igual que con motivos socioeconómicos o geográficos que imposibiliten su seguimiento, cuando la infección involucra varios órganos, en caso de neumonía, al igual que quienes tienen otras enfermedades de base, como enfisema, diabetes, falla cardíaca y cardiopatía, así mismo los niños que tienen incapacidad para alimentarse y apariencia tóxica. El manejo se hará con medidas para evitar contagio y tratamiento de los síntomas, que incluye el uso de antivirales en casos seleccionados y antibióticos cuando se diagnostiquen infecciones bacterianas, teniendo en cuenta que la severidad del compromiso puede llegar a exigir una unidad de cuidados intensivos.

¿Qué aprendemos de esta crisis?

Primero, es posible informar al público con la finalidad de evitar contagio masivo, en segundo lugar, los servicios médicos pueden responder de manera acorde, tercero, la dirección del gobierno es eficaz, junto con el respaldo de los gremios y el resto de la comunidad. Si bien, en nuestro país no está disponible la tecnología para identificar este virus y el cubrimiento del sistema de salud no es completo, la movilización de la población y el trabajo profesional coordinado llevó a seleccionar casos altamente sospechosos en medio de un universo de gripas comunes, que ahora pueden tratarse adecuadamente y disminuir el riesgo de contagio para otros, aún sin que se confirme la presencia de Influenza A N1H1. Me parece que el manejo de esta situación ha sido exitoso hasta ahora, para fortuna de la colectividad, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Finalmente, el caso 0, el mejicano de cuatro años identificado como el primero, afortunadamente ya superó su enfermedad.