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“Estado no reduce la desigualdad”: MinHacienda, ¿y todos callados?

Semana
27 de marzo de 2012

Me disponía a declarar cierta decepción con la capacidad reformista de la “Unidad Nacional”, cuando leí la entrevista de María Isabel Rueda al ministro de Hacienda en El Tiempo.

 

La amplia coalición de gobierno sirve para sacar leyes, pero inhibe el control político sobre la política pública. Los partidos no logran, por temor, distinguir entre ‘crítica’ y ‘oposición’.

 

Como transición (¿a qué?) está bien la “Unidad Nacional”, pero el ideal de democracia pluralista no es ese.

 

Sin embargo, el MinHacienda, Juan Carlos Echeverry, me hizo suspender la decepción, de un lado. Del otro, me reafirmó en la preferencia por una democracia pluralista.

 

La reforma tributaria puede ser la prueba de fuego de la capacidad reformista de la “Unidad”. “Esta reforma es tan grande que no se puede pasar. Ergo, esto es lo que hay que pasar”.

 

Puesto así, dan ganas de pagar por ver. Es cierto que la mermelada de las regalías no quedó tan bien repartida, pero lo fundamental se hizo. Se le puede comprar otra boleta en silletería general.

 

“Buscamos equidad. Es una obligación moral”. Son palabras mayores del ministro. Antes había dicho: “Sobre mi cadáver …”. Le faltó usar la misma expresión para la reforma como tal.

 

Pero lo más importante que afirmó Echeverry fue esto:

 

“Colombia tiene la misma desigualdad de Gran Bretaña, pero después de impuestos, ellos la reducen en 5 puntos, y después del gasto, otros 10 o 12 puntos. Nosotros la dejamos igual”.**

 

Pobreza no es lo mismo que desigualdad. Ha bajado la pobreza, y es posible que se haya mantenido la desigualdad. Pero la desigualdad no se recomienda para bajar la pobreza.

 

Aunque es mejor tomar la declaración del ministro como indicativa, no exacta, lo que dijo habría podido provocar reacciones de los partidos. Esperé todo el día. Nadie dijo nada.

 

Echeverry sugirió que “la meta” es lograr lo mismo que Gran Bretaña con la redistribución (impuestos y gasto): bajar el coeficiente Gini (del ingreso) en unos 15 puntos porcentuales. Juan Ricardo Ortega, DIAN, dijo hace poco que estamos en .56

 

Eso sería un verdadero cambio social, que no se logra en dos periodos de gobierno. A menos que la economía política de un “cambio profundo” se resuelva con “mucha seducción”, como planea el ministro, los partidos deberían posicionarse en el debate.

 

¿Es posible conseguir lo mismo que Gran Bretaña (¿en cuánto tiempo?) sin aumentar el recaudo (y sin pisar callos –de personas no propiamente descalzas-)? Habrá que ver esa magia.

 

Lo bueno es que el ministro sabe "migrar" de modelo y el presidente piensa que "sólo los imbéciles no cambian de opinión (cuando cambian las circunstancias)"

 

No dijo a qué proporción del PIB asciende la presión tributaria en Gran Bretaña. La de Colombia no es la más alta, y Echeverry es defensor de la competitividad.

 

Es probable que el ministro esté exagerando con “dejamos igual” (la desigualdad). Jorge Iván González y otros calcularon a finales de los 90s que se reducía cinco (5) puntos porcentuales, pero pudo haber empeorado en la siguiente década.***

 

En este caso, ameritaba que los aludidos se pronunciaran.

 

Ahora, la explicación del silencio podría ser que i) no leen completas las entrevistas largas en El Tiempo, ii) los que leen completo están en la “Unidad Nacional”, o iii) no se entendió lo que soltó el ministro.  

 

**El ministro no citó su fuente, un estudio del Banco Mundial, BM, de 2011. Después de publicada esta nota, vi citado el estudio por Camilo Herrera en La República. El BM tuvo la amabilidad de enviármelo.

 

*** Echeverry no estaría exagerando en la medida en que se basa en un artículo de Goñi, López y Servén (2011), "Fiscal Redistribution and Income Inequality in Latin America", que calcula que el Gini para Colombia arranca en .54 con el mercado y termina en .54 después de la intervención del Estado.

 

Me sigue generando incredulidad tal grado de ineficacia redistributiva del Estado colombiano, pero agradezco a Lars Moller, economista senior del Banco Mundial, haberme facilitado el artículo.