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La ignorancia hace verdaderos "sabios"

Semana
28 de diciembre de 2010

La ignorancia hace verdaderos "sabios"

Al terminar este “post” me pregunté cómo titularlo sin que pareciera una inocentada como la que sufrió por años Colombia con su ultimo expresidente. Pensé llamarla “Uribiticos: Víctimas inocentes de sus propios valores” porque el tema es la educación y una reflexión sobre cómo aprender los valores.

El post lo escribo pensando en esos “pobres niños” que, según dicen algunos comentaristas, han sido unas victimas mediáticas de inmorales periodistas que solo desean destruir la buena imagen de quien logró cambiar al país.

Cada vez que un “político” o cualquier otro facineroso son reconocidos como un vulnerador de derechos, se termina hablando de valores y de esto se salta a la importancia de “educar” en valores. Probablemente quienes hacen tal afirmación no son educadores, porque si lo fueran entenderían que los valores no se enseñan, sino que se aprenden. Afirmación que en el blog anterior causó reacción de Antonijus Antonoine quien asume que dicha afirmación es un error y se pregunta ¿si los valores no se enseñan, cómo pueden aprenderse?

Es diferente educar a transmitir valores

Educar, según la Real Academia Española de la Lengua RAE, es dirigir, encaminar, doctrinar; desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Enseñar: es indicar, dar señas de algo; mostrar o exponer algo, para que sea visto y apreciado; dejar aparecer, dejar ver algo involuntariamente; acostumbrarse, habituarse a algo; transmitir unos conocimientos. Para la RAE, aprender: es adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia; concebir algo por meras apariencias, o con poco fundamento; tomar algo en la memoria. Ahh y memoria es lo que le falta a muchos colombianos, en especial la histórica.

Afirma el DoctorHumberto Maturana, Biólogo reconocido mundialmente, que “Los valores no hay que enseñarlos, hay que vivirlos”. Se lee en eleducador.com que los valores son ideas fuerza; es decir, ideas cargadas de una afectividad intensa, ideas que nos llevan a actuar de una u otra forma y que, traducidas en actos, traen consecuencias de las que tenemos que ser consientes. Los niños, desde muy pequeños, son receptores, muchas veces pasivos, de lo que en su entorno sucede, se alimentan diariamente de las conversaciones y los actos, primero de sus padres y círculo cercano y, posteriormente, del entorno escolar al que aterrizan sin pedirlo; ese constante y vívido contacto va dotando de afectividad a ideas como "responsabilidad", "honestidad", "bien", "amor".

Es por lo anterior que se considera que los valores no se enseñan... se aprenden, que no es lo mismo ni es igual. Si los niños aprenden los valores en la vida cotidiana, en el contacto diario con sus maestros y sus iguales... ¿cómo poder encaminar este aprendizaje?

La respuesta no está muy lejos, pero va más allá del mero ejemplo. Es necesario hablar de ellos y transmitirlos, pero por sobre todo hay que generar acciones en las que los chicos puedan aplicar, vivirlos y ver cómo los adultos los practican, y es aquí donde queda claro que algunos “políticos” y facinerosos tienen éxito con la educastración de sus hijos, pues logran que ellos aprenden los antivalores, aprendizaje exitoso que demuestran en su actuar cotidiano.

De tal palo tal astilla, dice el dicho popular, tal vez es ahí donde logra comprenderse como siendo tan joven se puede ser tan pícaro en tan corta edad; Ser “vivo”, lo llaman otros, pero más que un ejercicio de creatividad ciertos ejercicios cotidianos son grandes demostraciones de inmoralidad, porque la ética y la moral no hay que tenerlas, pareciera que con aparentarlas es suficiente.

Como dice DCoronell Daniel Coronell: Reitero que no responderé insultos con insultos. Los argumentos claros están aquí.

Colofón: Respetado señor Jean Baptiste Poquelin si pretende ofenderme diciéndome Trans Velandia como lo hace en el post El caso Coronell: terrorista y crítico no son lo mismo le recuerdo que ser Trans no es un insulto, transitar es una decisión que genera cambio y desarrollo en lo seres humanos, en especial cuando hacerlo requiere tomar decisiones para transgredir el “deber ser” que obliga a vivir en la doble moral como si esta fuera un valor digno de vivenciarse. Afirma Usted que el “mamertismo pretende que los vagos, dedicados al chisme y a lo banal, "típico síntoma del homosexualismo", sean objeto de admiración”; acto seguido induce con su lectura a tener una “información” sobre la sexualidad de algunos personajes públicos, escrito que muestra su capacidad para el chisme y lo banal.

Siendo coherente con su propia afirmación me queda una duda ¿Es usted un mamerto entre comillas o un típico homosexual?


Doctor por su múltiples doctorados y por el reconocimiento que otros doctores hacen de su saber y su aporte a la ciencia y no Doctor como se le dice en Colombia a cualquier ignorante a quien se quiere engrandecer.