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La soledad de las mujeres superiores

Semana
19 de junio de 2007

 

Las mujeres brillantes, seguras de sí mismas, autónomas, preparadas, bellas, fuertes, ambiciosas y exitosas; en una palabra, superiores al promedio de los hombres, enfrentan una situación ¿inesperada?: muchas están solas.

 

Ellas no quieren salir o convivir con hombres "débiles", que no estén a su nivel, y ellos suelen asustarse con las "viejas" demasiado seguras de sí mismas, competitivas, que ganan más.

 

Un reciente reportaje de Efe lo describió bien con base en estudios científicos: "Hombres buscan mujeres que los esperen en casa con las pantuflas y el plato servido"

 

Debe haber 6 o 7 hombres fuertes por cada 10 mujeres superiores ("estimación" que hice en 2001 en el artículo fuente de esta entrada). Esa diferencia numérica, más los problemas de información en un mercado tan especial, explican la soledad de las mujeres superiores.

 

La única solución parece ser que las mujeres asuman su nuevo papel dominante también en las relaciones de pareja. Ser débil no debe ser motivo de inelegibilidad, si somos cariñosos, responsables, tiernos, hacendosos, fieles, buenos compañeros y padres.

 

Ahora, si las mujeres superiores en el fondo quieren seguir teniendo hombres que las protejan, que se pongan bravos cuando toca, que les remplacen la figura del padre, que tengan el 60% de las decisiones, que sean sus "casi dueños", y no sólo que sean iguales, sería muy bueno que nos lo confesaran. Eso nos renovaría los bríos.

 

1. Comenzar este blog con esta entrada puede ser un error, si es correcto que la mayoría de opinadores electrónicos es masculina.

 

2. Sobre el nombre del blog: es un homenaje a un prócer fusilado injustamente en 1828, uno de cuyos errores, al parecer, fue meterse con una hermosísima "zamba jarocha" (de modales bruscos), que era mujer ajena (o en disputa). Les contaré más en otras entradas.