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Los bemoles de las nuevas liberaciones

Semana
10 de diciembre de 2010

Es muy cierto que la liberación de una persona que se encuentra privada de la libertad a manos de un grupo armado ilegal en nuestro país es muy positivo, porque no solo acaba con el sufrimiento de quien está en la selva padeciendo los horrores de la guerra, sino también el de sus familiares y amigos. Lo particular del nuevo anuncio de las Farc de liberar al presidente del Consejo de Garzón (Huila), Armando Acuña; al concejal de San José del Guaviare Marcos Vaquero; al mayor de la Policía Guillermo Solórzano; al cabo del Ejército Salín Antonio Sanmiguel y al infante de la Armada Henry López, es que según ellas lo hacen a manera de desagravio con la ex congresista liberal Piedad Córdoba a raíz de la destitución de la Procuraduría.

Tal hecho por positivo que resulte para el país, tiene sus bemoles. En primer lugar porque a Piedad Córdoba le resulta difícil rechazar la solicitud de recibir a las personas que regresarán a la libertad, porque esa ha sido la lucha que ha venido dando durante los últimos años, sin importarle el desgaste que ha sufrido en su imagen por señalamientos de los que ha sido objeto, hasta el punto de ser destituida de su cargo por la Procuraduría General de la Nación, como Senadora. En segundo lugar porque en medio de la discusión de si fue o no fue justa la decisión del Ministerio Público de despojarla de su investidura de congresista, puso a Alejandro Ordoñez en el papel de contradictor político de la ex congresista.

El país no puede rechazar actos de paz, mucho menos cuando se trate de lograr el regreso a la libertad de los secuestrados y Piedad Córdoba lo sabe y por eso asume la labor como facilitadora del proceso, con el beneplácito y autorización del Presidente Santos y porque como bien lo dijo León Valencia, Director de la Corporación Nuevo Arco Iris a Semana.com, “El anuncio de la liberación, evidencia también y de manera explícita un gesto de las Farc hacia Piedad Córdoba, que le permite afianzarse en la escena nacional y en los procesos de paz, y es a la vez una muestra de confianza por parte del Gobierno, al admitir que sea una de las intermediarias en la posible liberación”, tarea que la ex parlamentaria está dispuesta a asumir, cerrando ojos y oídos para no distraerse en quienes desde el otro lado de la orilla, la tildan de aliada de las Farc, por el hecho de no creer en la solución al conflicto armado por la vía militar.

También lo sabe el Presidente Juan Manuel Santos quien al iniciar su presidencia lanzó una frase asegurando que “la llave del diálogo no la hemos botado al mar”, con lo cual dejó claro que las puertas a una salida negociada no está cerrada, siempre y cuando hayan hechos que demuestren voluntad de paz, es por eso que el ambiente para un escenario de acercamiento con el grupo armado debe ser generado por las Farc y no desde el gobierno central, hecho que podría darse si la guerrilla continua en la misma línea, sin limitarse únicamente a liberaciones, sino además devolviendo a sus hogares a los niños reclutados a la fuerza y desminando los campos colombianos, pero sobre todo no utilizando a los secuestrados como elementos de desagravio a los hechos con los cuales estén en desacuerdo, como hicieron con la ex candidata Clara Rojas y la ex congresista Consuelo González de Perdomo, a quienes utilizaron para darle un golpe político al ex presidente Uribe, quien para esos días decidió no contar más con la ayuda de la Senadora Piedad Córdoba y del Presidente venezolano Hugo Chávez como facilitadores, y ahora lo hacen también con el presidente del Consejo de Garzón (Huila), Armando Acuña; el concejal de San José del Guaviare Marcos Vaquero; el mayor de la Policía Guillermo Solórzano; el cabo del Ejército Salín Antonio Sanmiguel y el infante de la Armada Henry López, a quienes han decidido dejar libres, pero no como un acto de paz, sino como dicen en su último comunicado, lo hacen “como un gesto de humanidad y de desagravio con la ex senadora Piedad Córdoba”, hecho al cual no se pueden negar ni la ex congresista, ni el gobierno nacional por incomoda que resulte la situación para ambos. En el primer caso porque quienes se oponen a su búsqueda a la solución del conflicto armado por la vía pacífica, no dejarán de señalarla y en el segundo caso porque al otorgarle el papel como facilitadora, de una u otra forma contradice la decisión de la Procuraduría General de la Nación, quien falló en su contra.


Autor
Oscar Fernando Sevillano
Periodista
Corporación Nuevo Arco Iris