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“Los hombres también pueden amar”

Semana
17 de agosto de 2009

 

Publicar un libro es como saltar voluntariamente con un paracaídas desde un avión en pleno vuelo, mientras está en buenas condiciones y funcionando a la perfección. Es una aventura abismal, después de todo, la obra tiene caminos y detinos insospechados, en su mayoría fuera del control del autor.

 “Los hombres también pueden amar” es una colección de cuentos esperanzados, para adultos, y algo nostálgicos, sobre hombres comunes y corrientes que negocian con eventos que a cualquiera podrían sucederle, se trata de personas que también aman, y en muchos casos, para siempre. Entonces estos héroes tienen aciertos, desiluciones, y buscan soluciones a su medida para sortear las dificultades que implica la vida, en medio de las limitaciones que la realidad impone.

Así que los matices del amor por la pareja, la familia, la profesión, la patria, las aficiones, son protagonistas de estas historias y, desde este punto de vista constructivo, se trata de soluciones para el tedio y la banalidad existencial. Aun cuando con resultados inesperados, y con frecuecia sorprendentes. Entonces la capacidad de superar dificultades abre la posibilidad de cicatrizar heridas psicológicas ante las pérdidas, que al asumirlas como enseñanzas, enriquecen la visión  que a diario se construye sobre el mundo y sus pobladores. Se aprende de la experiencia.

Si las desilusiones están presentes, entonces exigen la necesidad de adaptarse, transformando la vida cotidiana en una escuela donde se aprende que nada es solamente lo que parece ser, puesto que la realidad siempre supera a la imaginación, además creando la necesidad de elaborar el dolor que entraña aceptar que el mundo funciona de manera diferente a lo que se cree. La contradicción siempre está ahí,  a la vez promueve la creatividad y el logro de nuevos equilibrios pasajeros, y esa dialéctica figura en estos relatos a través del juego entre verdad y mentira, amor y odio, pasión e indiferencia, por ejemplo. Así, el individuo es un universo, padece y se alegra, vive y muere, conoce y olvida, y cada uno debe encontrar las mejores alternativas para sus necesidades existenciales, aceptando el diálogo perpetuo entre razón y absurdo, lógica y sentimiento, consciente inconsciente.

Estos 18 relatos separados, están ligados por la idea de que ser sincero consigo mismo en busca de una vida más satisfactoria y equilibrada, reconociendo y tolerando aquella verdades individuales, a menudo inconscientes y difíciles de aceptar, conllevan el mensaje ético de respetarse tanto, como a otras personas. Con la premisa de que, en el caso de la vida en pareja, existen innumerables maneras de estar juntos; sin embargo, también hay una sutil e inexorable tendencia universal del enamoramiento a transformarse en cariño maduro y solidario, de largo plazo. Se trata de una transacción que supone una nueva relación que se construye todos los días disfrutando del placer de lo conocido, lo habitual, lo predecible, pero requiere inevitablemente superar el duelo por el amor desaforado inicial. Después de todo, los enamorados siempre exageran.

Decidí utilizar la forma de literaria del cuento para transmitir este mensaje psicoanalítico con vestiduras metrosexuales, en ocasiones impactantes, y algo humorísticas, con prosa que no desfallece. En todo caso, siempre ajustado al modelo postkleiniano, una escuela de pensamiento muy activa en la actualidad, a la vez que incluyen consideraciones sobre medicina psicosomática, ya que también está presente la tensión entre lo duradero y lo fugaz, sin ser reprobable, al construir representaciones mentales sobre lo que sucede. Se trata de un estilo semejante al de algunas obras de físicos y matemáticos que logran lecturas amables que a la vez transmiten conceptos sin necesidad de que el lector sea especialista. Además este libro es un mensaje para mis hijos –en todo caso, dentro de unos años será útil para los pequeños, y el lector que ha sido padre de familia comprende fácilmente que de otra manera, los muchachos no tolerarían una exposición paterna sobre sus ideas de cómo vivir mejor-. Entonces sin ser la solución definitiva, queda planteado el problema del amor en el sentido más amplio, abriendo espacios para reflexionar y dialogar, en busca de la mejor solución posible para cada persona, y con las consecuencias impredecibles que a menudo implican, junto con sus placeres y dificultades.

Espero que disfrute este libro de lectura fácil, según me han dicho. Y por ahora, mientras se firman los acuerdos con los distribuidores nacionales y extranjeros, dándole acceso a “Los hombres también pueden amar” a las librerías, se encuentra en el estand número 340 del primer piso del pabellón número tres de Corferias, durante la 22ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. Además todos están invitados a su lanzamiento el próximo viernes, el 21 de agosto, a las 7:30 de la noche, en la sala Madre Josefa del Castillo, también en Corferias. Adicionalmente, haremos una tertulia el domingo 23 a las dos de la tarde, en el mismo estand.

Así que de la lista de las cien cosas que quisiera hacer antes de morirme, ya puedo tachar: hacer paracaidismo y publicar “Los hombres también pueden amar”; luego le tocaría el turno a escribir una novela titulada “El voyerista”, y reservaré los 97 deseos restantes para otro blog. Si alguien me preguntara en este momento, si volvería a publicar otro libro, diría, sí, después de todo, al ser médico y psicoanalista tengo alternativa, o mejor, poseo una ruta de escape; tal vez por eso me siento incapaz de afirmar que soy escritor, solo me considero un hombre con aspiraciones literarias.