MADRE NO HAY SINO UNA (...menos mal...)

Puedo decir con certeza que hasta el día de hoy no conozco, con excepción de la mamá de George W Bush, una mamá  a la que yo pueda acusar de ser deliberadamente mala.  Es casi un postulado de la naturaleza el hecho de que todas las mamás obran con buenas intenciones.  Que algunas cosas les salgan mal no contradice lo dicho arriba,  como bien sabemos, esto de educar  hijos no lo enseñan en ninguna parte y se debe presupuestar un margen amplio de error a la labor de  padres que aun sin conocimiento se hace con muy buenas intenciones, tanto así que hasta ahora no conozco ningún caso, ni siquiera el de la  mamá de George W Bush, en el que la señora no sea objeto de homenaje el día de la madre.

Es un misterio el secreto del amor de madre, cómo es que esas mujeres aman a sus críos y sin haber ido jamás a una universidad especializada en el tema, son capaces de llevar seres humanos desde su frágil condición de recién nacidos hasta figuras tan monumentales como Silvester Stallone, Alvaro Uribe o Piedad Córdoba.  Como soy papá, separado, de dos chinos, me he puesto a poner cuidado cómo es que hacen estas señoras y he anotado que hay un pilar de educación que debe tener alguna conexión con un mantra o con al Padre Nuestro y que es el famoso: “Mi amor, ponte el saco”. Es asombroso! No importa que tan culta, o tan rica o tan pobre o tan católica o tan de 4 en conducta, la mayoría de las mamás basan su programa educativo en esa frase tan estimulante como lapidaria: “ Mi amor, ponte el saco”.  Garantizo que he esculcado la expresión para verle el contenido mágico o empoderante que pueda tener porque de otra manera no me explico su fuerza y su propagación, he llegado a extremos como preguntarme con preocupación por  las mamás de Zimbawe, en donde nunca hace frio.  De qué se ocuparán estas señoras???? “ Mi amor quítate el saco”?  Me cuesta trabajo figurar el postulado educativo de las señoras africanas.

También me pregunto si el frio es tan malo cómo se crían en Finlandia o en Noruega, o será que las mamás nórdicas se apegan a: “Mi amor ponte los seiscientos sacos”?

Lo cierto es que por lo pronto lo único que he podido vislumbrar es que eso de “Mi amor ponte el saco” lo dicen las mamás porque en general están tan encartadas con sus críos que no se les ocurre decir nada más y como ponerse el saco, en el peor de los casos, solamente va a producir calor, pues es una buena manera de sentirse educando sin arriesgar ninguna responsabilidad. 

En medio de las buenas intenciones de los padres, con excepción de la mamá de George W Bush,(Que ya dije que no tuvo buenas intenciones), he notado que como mamás y papás no tienen ni idea de qué decirles a sus hijos se dedican a decirles cosas que, no solamente aburren, sino que no sirven para nada.