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Maricas hay de toda clase

Semana
25 de diciembre de 2006

 

Los homosexuales son tan lindos, tan tiernos, tan cariñosos, tan inteligentes, tan nobles... Este comentario suele venir de una mujer que tienen una relación amistosa con un homosexual que como está tan seguro de que no siente nada por ella nunca se sobrepasa. A ellas, un hombre así les resulta inofensivo, entonces en su inocencia consideran que esta es una característica propia de los homosexuales porque casi nunca la ven en los heterosexuales.

 

Estas mujeres están engañadas. Si pensamos en cómo se relacionan los homosexuales con las mujeres puedo afirmar que maricas los hay de todo tipo. Encontramos desde los que las adoran hasta los que con gusto las arrojarían por las escaleras con tal de no tener que soportárselas. Los hay misóginos como también los hay supertiernos.

 

Los misóginos se caracterizan porque suelen ser muy agresivos con las mujeres, de quienes muchas veces se refieren en forma despectiva (las denominan, por ejemplo, gallinas), estos generalmente además son sexistas y machistas. Tengo un amigo que permaneció con malestar general por más de una semana debido a que una mujer lo abordó sexualmente mientras él estaba borracho. Sentía tanto asco que cada vez que se acordaba de la situación trasbocaba. Tuvo que acudir a terapia emocional para poder sobrepasar la crisis.

 

Los sexistas creen que el mundo se divide en el de los hombres y el de las mujeres, y que estas pertenecen a un grupo inferior. A ellos se les dificulta relacionarse o tener que trabajar con ellas. Algunos no las soportan, no las quieren ni siquiera para que les colaboren en el arreglo del apartamento. No tienen ni usa sola amiga y si la tienen, la pobre siempre termina cocinando, lavando, planchando, o arreglando la casa. Cuando tienen amigas las lucen como una mascota, bien peinadita, vestidita y maquilladita, pero les molesta que hablen demasiado o que quieran hacer otra cosa diferente que acompañarlos al mariquiadero.

 

Los machistas conciben que los hombres por el hecho de serlo son una fuerza superior de quien depende el mundo, que en ellos se centra el poder y que ejercerlo es un derecho tan solo por el hecho de ser hombres. Consideran que las mujeres son incapaces, débiles, brutas. Siempre se les ve “amables” cargándoles paquetes, realizándoles oficios que ellas podrían realizar pero prefieren hacerlo por ellas con tal de no tener que aguantarlas, su frase ideal los representa muy bien “es mejor solos que mal acompañados”. Con tal de no tenerlas cerca, cuando practican un deporte, escogen el fútbol.

 

Los homosexuales no misóginos, los que no tienen ningún problema con ellas, tienen una relación con las mujeres en la que ni el sexismo ni el machismo son ejes fundamentales de la relación.

 

Hay muchos que prefieren tenerlas más de amigas que de enemigas. Estos los hay de varios tipos. Los que se hacen sus cómplices hasta el punto de que son tan íntimos en sus relaciones de amistad que llegan a comunicarse rompiendo y trascendiendo los imaginarios de lo masculino, logrando entender la sicología femenina. Hablan con ellas como si fuera “otra mujer” quien les habla. Se refieren a los demás hombres de maneras muy particulares, incluso despectivas. Es corriente irles decir cosas como: “mija, eso era de esperarse, es que “los hombres” son así”. Ellos se ubican al margen de la masculinidad, casi como si no lo fueran hombres.

 

Los descomplicados son el grupo minoritario, de estos hay muy pocos. Reconociéndose homosexuales de alguna manera no han perdido el encanto por las mujeres y en algunas ocasiones de deciden por “gozarse el cuento” y llegan incluso hasta a tener relaciones genitales con mujeres.

 

Otro grupo bien especial son las "locas regias", estos las adoran, andan con ellas para todas partes, inclusive las mujeres se empelotan delante de ellos con toda tranquilidad. Se cuentan sus cosas mas intimas, saben de todas sus andanzas, les conocen todos los gustos. Por eso las peinan, las maquillan, las visten. Son cómplices, se guardan los secretos, se hacen cuarto, discuten de los hombres que les gustan llegando hasta el extremo de no pelearse por ellos.

 

También suele suceder que algunas mujeres consideran que por ser homosexuales, estos las odian, las envidian, quieren quitarle a sus parejas, parecérseles un poco… pero la gran mayoría de nosotros somos similares a los demás hombres, con los defectos propios de la masculinidad pero también con el interés de construir con ellas un mundo en el que todos podamos ser lo que queremos ser, en el que la orientación sexual no sea la barrera o el motivo para quererse, ser solidarios y compartir la cotidianidad.