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Matón matonea a matón

Semana
6 de agosto de 2012

Alejandra Azcárate, quien escogió como blanco de su sobrecomentada columna de opinión a un grupo cuya autoestima depende de meses de dietas inútiles y una industria de cosméticos multimillonaria, es ahora la víctima.

 

La columna de Azcárate no debía ser más que un recordatorio de aquella época escolar en la cual la bonita se reía de la gorda, mientras la gorda no veía otra opción que reírse de sus propios defectos antes de que la llamaran “sapo desparramado".

 

Pero ahora nadie puede mencionar la columna sin emitir un  gesto de apoyo hacia la pobre modelo que sufre las consecuencias de lanzar sus prejuicios maquillados de mala sátira, en un país donde el sólo hecho de catalogarse como de izquierda o de derecha es meritorio de amenazas.

 

Sin embargo, para algunos la solución a esta diatriba parece ser amenazar con tirarle ácido a su autora. Solo una sociedad enferma produce individuos que creen que arruinarle la carrera a una actriz quemándole la cara resarce el daño del pseudohumor de una columna de opinión.

 

Y es que somos los herederos de una sociedad que creó autodefensas en algunos sectores rurales para acabar con las FARC y que pretendió silenciar la oposición masacrando uno por uno a sus miembros.

 

La pregunta de fondo es, ¿es culpable una cultura de impunidad de permitir que algunos se sientan libres de hacer este tipo de amenazas, o se requiere un tipo de personalidad patológica para siquiera pensar en realizar este tipo de acto?

 

Víctimas de un mal que data de nuestros mismos inicios como colonia, seguimos alabando a nuestros líderes no basados en su capacidad de conciliación, sino en qué medida logran matonear a la oposición.

 

***

 

Los asesinatos ocurridos en Colorado a manos de James Holmes el pasado mes de julio, revivieron el viejo interrogante sobre la enfermedad mental: ¿los psicópatas nacen o se hacen?

 

Hay múltiples reportes en la literatura médica que apoyan el hecho de que el maltrato infantil se encuentra asociado a algunos rasgos de la personalidad psicopática en la adultez como la impulsividad.

 

Son numerosos los casos de sociópatas que sufrieron abusos durante la infancia. Luis Alfredo Garavito, culpable de violar y asesinar a más de 150 menores, además de ser abusado física y psicológicamente por su padre, fue abusado sexualmente por éste y un vecino. Esto, sumado a un sistema judicial complaciente que le permitió recorrer varios departamentos cometiendo crímenes con un modus operandi descuidado sin ser capturado.

 

Como el de Garavito, son incontables los casos de abuso que salen a la luz cuando ya es demasiado tarde para llevar a cabo medidas preventivas, y lo único que queda es tratar las secuelas, o capturar a los delincuentes. Desafortunadamente nuestro sistema de salud opera igual. Sólo durante los últimos años, algunas Empresas Prestadoras de Salud (EPS) se han percatado de que es más prevenir las complicaciones es más barato que tratarlas. Ejemplos de esto es que cada vez más pacientes tengan más acceso a la cirugía de derivación gástrica, o que diferentes entidades inviertan más en reforzar sus programas de riesgo cardiovascular o de hospitalización domiciliaria. Pero el camino aún es largo.

 

La psiquiatría, por ejemplo, a pesar de las nuevas políticas que se dirigen a aumentar la cobertura en tratamientos, sigue relegada a un segundo plano en cuanto a terapias multidisciplinarias. Esto es el tratamiento de los factores familiares, psicológicos y ambientales que influyen en la salud mental de las personas. En un medio en el cual problemáticas como la violencia intrafamiliar y la discriminación son tan prevalentes como cualquier enfermedad incluida en el POS, esta es una falencia que debe corregirse con mayores intervenciones que las de agregar medicamentos costosos en el nuevo POS.