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Nacen o se hacen: excusas para la exclusión y la inclusión

Semana
16 de marzo de 2012

Esta reflexión surge de la lectura de un artículo denominado Lesbianas, gays y trans: ¿nacen o se hacen? Escrito por Mauricio Rubio para La silla Vacía. A la publicación le he hecho algunos comentarios que aquí resumo.

Las teorías no explican el origen de las homosexualidades, de las lesbianidades, ni bisexualidades, pero tampoco de las heterosexualidades; cuando mucho, se aplican solamente a algunas personas. Pero no todos somos homosexuales (Bueno, así me definí primero), algunos somos gay (Un término más relacionado con militancia política, así me definí después); y, otros nos asumimos maricas (Una experiencia performativa y política, como me identifico actualmente).

 

Dependiendo de la teoría con la que la persona pretende comprender o tratar de explicar el origen de la homosexualidad, la explicación puede ser bien diferente, por ejemplo: cuando yo me di cuenta que era homosexual, pensé que había nacido así. Después leí algunos documentos científicos, y deduje que mi madre “tenía la culpa”, pero otras teorías me aclararon que, supuestamente, la raíz era la relación con mi padre, con mi madre, con ambos, con la familia o solamente con las mujeres... Posteriormente, algún libro que leí me llevó a concluir que era cuestión de hormonas. No tardé en enterarme posteriormente, de que tenía que ver con mi hipotálamo... En el momento en que creía tener una respuesta me enteré que la homosexualidad estaba relacionada con la herencia y el cromosoma “X”. Después de mucho pensarlo y con el apoyo de otros teóricos, creí que yo me había hecho homosexual…

 

Por suerte, a pesar de tanta ciencia y de que ninguna hipótesis me ha satisfecho, sigo siendo feliz… y creo que eso es lo verdaderamente importante.

 

Desde mi punto de vista ¡El origen es lo de menos!

 

Para algunos, la razón que escogen para explicar su homosexualidad es lo que finalmente determina qué los hace sentirse más (o menos) culpables; por ejemplo, si la persona se reafirma en la idea de que lo suyo es “natural”, es una buena estrategia para discutir con las iglesias, porque seríamos homosexuales "gracias a Dios", si es que éste existe. Pero si prefiere aferrarse con la idea de que “se volvió” gay, puede que viva siempre en estado de “placer culposo” permanente.

 

Si la orientación sexual es un ejercicio de autodeterminación, este origen se utiliza como fundamento para excluir a quienes no se ciñan a la norma socialmente aceptada, por ejemplo, es el más frecuentemente esgrimido por las iglesias.

 

Hay otras teorías que ayudan a dar explicaciones diferentes pero que son menos utilizadas para profundizar sobre el origen. Por ejemplo, si se parte de la perspectiva sistémica, diríamos que el origen no puede tener una sola causa, que el medio afecta al Ser, este al medio y que todos los seres humanos, en un mismo medio, nos interrelacionamos, interdependemos y somos interafectados pero somos únicos. Así puede explicarse que la orientación sexual emerge a nivel espaciotemporal de la interrelación, la interafectación y la interdependencia del ser humano con la cultura, el medio, los demás seres humanos e incluso consigo mismo y que la identidad es móvil.

 

Muchas ideas se han hecho públicas con respecto al origen de las orientaciones sexuales. Algunas se han expresado con criterio científico y se han fundamentado en investigaciones formales llevadas a cabo por investigadores cuyo reconocimiento social ha surgido a partir de las mismas.

 

En algunas de las investigaciones que sustentan las teorías las unidades de observación han sido, en muchas ocasiones, presidiarios y enfermos vivos o muertos cuyas patologías o conductas los hicieron elegibles como sujetos de investigación. En general se ha investigado con grupos poblacionales poco numerosos, cuyos miembros no son representativos de los diferentes individuos y sus procesos.

 

Cuando las muestras con las que se investiga no son representativas, los resultados de dichas investigaciones no cobijan a toda la población, sino tan solo a aquellos que fueron investigados.

 

A pesar de la poca seriedad científica de algunas de los llamados investigadores, sus “teorías” han sido retomadas y difundidas por medios masivos de comunicación y publicaciones especializadas, masificando la información y trasladando a las comunidades informaciones poco contrastadas.

 

El caso es que sea que “nací” o que “me volví”, la sociedad no debería otorgarme menos derechos ni vulnerármelos “en nombre de la normalidad”.

 

Por qué digo que soy mariKa

Para mí, ser marika, es el acto más revolucionario que un hombre puede realizar. Es romper los esquemas de la falocracia, es mostrar que el machismo es una estructura de poder que se resquebraja en su esencia y que se puede ser feliz siendo transgresor. Pero además, asumirse mariquita es cortar con la homosexualidad (la primera enfermedad de origen sexual definida por agentes de salud, y también la primera en ser excluida del listado de enfermedades mentales dela OMS) y vivenciar una experiencia política y social que va más allá de las teorías LGTB, que transciende los modelos de salud-enfermedad y se imbrica con lo sociocultural.

 

Como maricón no necesito ser aceptado, exijo ser respetado.