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Paz política entre Santos y Uribe para paz con guerrillas

Semana
22 de enero de 2012

Este fue el mensaje de la columna de Eduardo Posada Carbó en El Tiempo (“Sin disputas por la paz”). Ha debido llamar la atención del presidente Santos.

 

Él quiere pasar a la historia, en grande, tipo López Pumarejo o más. Sabe que la faena no estará completa sin resolver el problema crónico de la “subversión armada” y que la noticia mundial de verdad será “se acabó el conflicto en Colombia”.

 

Si Posada Carbó tiene razón en la “urgente necesidad de una ´paz política´ antes de ilusionar al país con otro proceso de negociaciones”, entonces Santos pensará en reconciliarse con Uribe, e ironía, muchos enemigos de Uribe, tan amigos de la paz, tendrán que tragarse el sapo.

 

El presidente “va por buen camino” para conseguir la paz, es decir, está venciendo militarmente a las guerrillas, en especial a las Farc. Pero este es un mérito que él se anticipa a reconocer como “compartido” con Uribe.

 

La cuestión es que si las Farc cumplieran una, nada más, de las señales que pide el Gobierno, digamos entregar los secuestrados, de inmediato el país entraría en una expectativa de negociaciones. Y no precisamente sobre los años de cárcel para los jefes guerrilleros.

 

Aun si las Fuerzas Armadas ganan la guerra en pocos años, la desmovilización final tendrá algún tinte político, con algunas concesiones. Y esas negociaciones serían muy difíciles con Uribe trinando en contra, sugiere Eduardo Posada.

 

Así que Santos necesitaría de Uribe para su entrada grande a la historia por la paz. El mantra de "no peleo con Uribe" es la puerta abierta a la reconciliación con este, por un "interés superior".

 

Ahora, Uribe en el pasado ha hecho concesiones prácticas e hipotéticas a los terroristas, pero está "herido". El problema es que la "paz política" no se puede hacer interfiriendo con la justicia.

 

Veremos en el 2012 cómo juega sus cartas Santos y si Uribe descubre unas goticas homeopáticas más efectivas.