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Procurador apoya pensiones escandalosas. Buena prueba para Simón Gaviria

Semana
19 de marzo de 2012

El jefe del Partido Liberal y presidente de la Cámara, Simón Gaviria, se adelantó hace semanas a respaldar la reelección del Procurador Alejandro Ordóñez.

 

Su argumento: el desempeño anti-corrupción del Procurador. La lectura de la gente: un liberal que le camina a un “anti-liberal” por manzanilla (puestos).

 

La semana pasada, en la cumbre de gobernadores, el Procurador decidió convertirse en el vocero de la defensa de los regímenes especiales de pensiones.

 

Estos regímenes son muestra y símbolo de cómo el Estado cobra impuestos a todos para darles unas mesadas mutimillonarias a unos cientos de privilegiados, aumentando la desigualdad del ingreso.

 

Si el liberalismo quiere ser un partido programático (a favor de la igualdad), debe tomar nota de la nueva salida del Procurador. Bueno, su circular 054/2010 ya era diciente (y amenazante).

 

Simón Gaviria acaba de señalar que las mineras tributan menos que los asalariados promedio (como proporción de su ingreso), asunto que su partido buscará corregir en la reforma tributaria.

 

Así, filosófica y programáticamente, la posición del Procurador en pensiones “obscenas” es contraria al Partido Liberal. ¿Seguirá apoyando su reelección?

 

El liberalismo no tiene que esperar al pronunciamiento de la Corte Constitucional para tener una posición sobre el problema. Puede “adelantarse”.

 

Es tan sencillo como lo siguiente: lo que los privilegiados están recibiendo de más sin ninguna justificación es parte de lo que falta para completar una pensión mínima de las personas mayores pobres que no pudieron cotizar lo suficiente. 

 

El ministro del Trabajo, Rafael Pardo, liberal, está cargo de ese enorme reto. Se impone una cierta coherencia.

 

El Procurador habla en nombre de los derechos adquiridos. Es obvio que los derechos mal adquiridos no se pueden sostener, y a los bien adquiridos se les puede imponer un impuesto después de determinado monto (escandaloso).

 

El tema más amplio es si los impuestos y el gasto contribuyen tanto como podrían a la “igualdad” y a disminuir la pobreza.

 

Lo que salió a decir el Procurador en Pereira es un discurso conservador de privilegios, tal cual. Contrario al cambio social.

 

Un amigo, Rogelio Castillo, jubilado por su cuenta, me dijo que con su postura Ordóñez quería asegurarse la reelección, al defender las expectativas de abultadas pensiones de todos los involucrados en el proceso.

 

Sería una apelación a la conciencia de grupo que defiende sus privilegios. Si pudiera más esa conciencia que las diferencias ideológicas, estaríamos realmente fregados. 

 

Veremos qué dicen Simón y la Corte Constitucional. Buena prueba.