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Qué hubiera pasado si ese “pecaminoso” video lo hiciera un viceministro, no Karina Bolaños

Semana
2 de agosto de 2012

Es bien sabido en el ámbito de las empresas que si el jefe es dictatorial, tiránico, adicto al trabajo, irrespetuoso, se le suele considerar como un “ejecutivo que sabe lo que quiere”, pero si es una mujer se dice que es “una bruja maldita”. Si un hombre coqueto, esperro”, pero si es mujer, es "p e r r a", palabra que no acepta por "vulgar" el diccionario de este blog. Esto mismo sucede con la forma en que la opinión pública crucifica a las mujeres envueltas en escándalos sexuales. 

 

El caso de la viceministra Karina Bolaños de Cultura y Juventud de Costa Rica quien estaba en su cargo desde el inicio de la administración de Óscar Arias Sánchez, en mayo del 2006 y quien fuera destituida por causa de un vídeo erótico (grabado en 2007 cuando ella estaba temporalmente separada de su esposo, según declaró a CNN) que se subió a YouTube como fruto de un chantaje, nos demuestra que las diferencias entre una “mujer pública” y un “hombre público” no solo son cuestión de semántica sino también de contenidos sociales, culturales, sexuales y ahora políticos.

 

Cuestión de semántica y cultural: toda mujer “pública” es prostituta

Recordemos que la Real Academia de la Lengua Española (RAE) al hacer la adición de nuevos artículos o acepciones para el diccionario se pasa por un proceso por el que se registran las palabras en sus distintas acepciones y utilizaciones, todas ellas convenientemente documentadas, antes de cohonestar su existencia. Son palabras cuyo uso se ha apropiado cultural y socialmente, que tienen orígenes tan diversos como medios masivos de comunicación, habla popular o alta y baja literatura.

 

El diccionario de la Real Academia DRAE con relación a la mujer une a la palabra “perdida” la palabra “pública” y “Mujer perdida o pública” aparece como sinónimo de prostituta.

 

En el caso de la definición de “Hombre perdido”, dice que este es un “Hombre sin provecho y sin moral”, pero no identifica este concepto con prostitución, aun cuando acepta que hay prostitución masculina. Un “Hombre público”, es “el que tiene presencia e influjo en la vida social”. Dicha presencia e influjo no se reconoce en la mujer.

 

Nuestro idioma por tanto le da el beneficio de la duda a los hombres, mientras que a las mujeres las condena. Y esto parece que también aplica a los escándalos sexuales de los políticos: Los hombres quedan con la reputación intacta y las mujeres, solo con las seis primeras letras de esa palabra (Bill Clinton: como flamante ex presidente ahora da conferencias, mientras que Karina quedó ante el mundo como “esa pecaminosa viceministra de brasier generoso”).

 

Cuestión de política

Inmediatamente el vídeo de Karina se difundió por la red las represalias de los políticos y la iglesia no se hicieron esperar. Manuel Obregón, su jefe dijo a los medios que “si bien las informaciones que han circulado están estrictamente relacionadas con la vida privada de Bolaños, y no con su quehacer como funcionaria pública, la separación de su cargo se dará para que ella pueda enfrentar este caso desde el ámbito privado”. (…) “No tengo nada que reprocharle dentro del ámbito laboral, es una buena viceministra. Esto compete puramente al ámbito privado en el cual yo tampoco tengo injerencia”.

 

No es una decisión mía, es una decisión que deberían ustedes consultar con la presidenta. Nosotros simplemente recibimos el acuerdo y redactamos el comunicado de prensa”, complementó. “Si fuera de mi competencia tendría que valorar los pros y los contras, pero en este caso no es una decisión mía”.

 

La respuesta del ministro, que decidió lavarse las manos ante los medios, era “necesaria”; el gobierno costarricense está desprestigiado y aprovechó la situación para llamar la atención hacia temas que le permitían salir por un momento de la agenda mediática.

 

Lo contradictorio y sexista de este asunto es que los hombres públicos cuyos asuntos sexuales salen de la esfera privada no suelen verse obligados a renunciar a sus cargos, hay cientos de ejemplos, los más sonados siguen siendo los de Mussolini, Roosevelt, Mao Tse Tung, John Profumo, John F. Kennedy, Ted Kennedy, Príncipe de Gales, Bill Clinton, Berlusconi, Schwarzenegger, Strauss-Kahn y Julian Assange o más cercanos como Lusinchi, Carlos Andrés Pérez o Juan D. Perón. ¿Por qué Silvio Berlusconi, presidente de Italia acusado de prostitución de menores sigue en el cargo mientras que Karina fue sacada del gobierno? Quizás porque el italiano es un “perdido” y la costarricense… una “perdida”.

 

Insolidaridad de Gremio o pasaporte político

Siendo una mujer la Presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, quien ha bajado de forma sistemática en su popularidad, no dudó en destituirla, pues según el acuerdo que la destituye le hizo un favor sacándola del cargo. “La separación de su cargo se dará para que ella pueda enfrentar este caso desde el ámbito privado”, cita el Acuerdo N.° 634-P-P, firmado el 30 de julio por la mandataria.

 

“No voy a referirme al tema. ¿Alguna otra pregunta?” respondió la Presidenta, cuando los periodistas le pidieron justificar la destitución.

 

Algunos sectores de la opinión pública apoyaron a Bolaños asegurando que este es un problema personal que no debe interferir con su vida laboral. Los más moralistas han afirmado que ella debía dar ejemplo, especialmente por trabajar con la juventud.

 

La defensora de los habitantes, Ofelia Taitelbaum, dijo sentirse “consternada” por la decisión, de la presidenta Laura Chinchilla, de destituir a la viceministra.

 

Poder, sexo y arte en Colombia

En el ex país del Sagrado corazón son varios los escándalos sexuales protagonizados por hombres, basta recordar los de la Marichuela y el Virrey Solís (quien después se arrepintió y se metió a cura); el General Mosquera y su jurgo de amantes; Rafael Núñez registra cuatro señoras en su vida. Empezando por doña Dolores Gallego, Gregoria de Haro, y --algo que tenía que dejar en casa -- una prima y una tía, doña Pepita Vives; Guillermo León Valencia, en fin... escándalos que tampoco pasaron a más.

 

La pintora Beatriz González retrató de forma irónica la realidad social colombiana en su obra titulada “Decoración de Interiores” en la que utilizó una fotografía del presidente Julio César Turbay Ayala en una fiesta privada, quitándole así todo el peso institucional al reducir la imagen a una función decorativa. Fiesta de la que fue publicado un análisis por el entonces columnista de El Tiempo, Daniel Samper Pizano en octubre de 1981.

Beatriz González “Decoración de Interiores”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Turbay en una visita en Cúcuta, en 1981, asistió a un banquete en el que protagonizó actos escandalosos con las damas presentes. La propia sociedad cucuteña, liderada por un grupo de señoras, respondió enérgicamente. El caso creció hasta llegar al pulpito del entonces obispo, Pedro Rubiano, quien lanzó una homilía de protesta por los vulgares actos.

 

La gran diferencia es que en Colombia, por una parte, constitucionalmente a partir de 1991 no se puede hablar públicamente de la intimidad de las personas (recuerden las demandas que inhabilitaron a la Negra Candela) y por otra, que la doble moral esté presente tanto en los políticos como en los jerarcas de las iglesias e incluso en los editores de los medios, en especial cuando de personajes públicos se trata.

 

Próximo post

No suelo anunciar temas, porque escribo sobre actualidad; no acostumbro dar respuestas personales porque mi consulta no se atiende por este medio, pero una solicitud para que escriba sobre las relaciones amorosas y sexuales que a veces surgen entre docentes y estudiantes, me parece interesante, así que sobre ello versará el próximo post.