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Señor Uribe Vélez, la paz hecha en gobiernos anteriores se defiende y se respeta

Semana
5 de mayo de 2011

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Bueno sería que en estos momentos, cuando el gobierno nacional pide la desmovilización de miembros de las guerrillas en Colombia, se tome como ejemplo los casos que en el pasado significaron un avance en la pacificación de las armas en nuestro país, no solo porque con ellos se logró la reinserción de un alto número de personas que luchaban en la clandestinidad, sino porque hoy día se sostienen en la idea de que la mejor manera de promover un cambio en el sistema político, es a través de las ideas y el sano debate.

 

Nadie en Colombia puede negar que los procesos de reinserción del M-19, movimiento guerrillero del que hicieron parte Antonio Navarro Wolf y Gustavo Petro, junto con el de la Corriente de Renovación Socialista, en el que militaron el escritor y analista político León Valencia  y el hoy concejal de Bogotá Antonio Sanguino, se les puede calificar como exitosos en la medida en que ninguno de ellos han retornado a las armas y actualmente trabajan desde la legalidad porque este país mejore día a día.  Por tanto no es posible que se luego de más de 10 años de haberse regresado a la vida sin armas, haya personas como el expresidente Álvaro Uribe que se dediquen a descalificarlos, recordándoles lo que hicieron en el pasado.

 

De seguir así, será muy difícil llegar a un escenario de reconciliación que tanto necesita Colombia, para que en primer lugar, quienes hoy empuñan las armas desde la ilegalidad, se desmovilicen, en segundo lugar, para que las víctimas del conflicto armado sean reparadas y concedan un escenario de perdón y en tercer lugar para que el resto de la sociedad civil permita que tanto víctimas como victimarios se reincorporen en una vida de sana convivencia, sin rencores y sin el temor de un retorno al guerra.

 

Está demostrado que el mejor escenario para  tratar las diferencias es el sano debate ideológico y argumentativo y no a bases de insultos como lo hace el expresidente Uribe, cuando siente que alguien lo invita a que demuestre hechos de transparencia en sus labores.

 

Cualquier ciudadano está en capacidad de pedir cuentas a sus gobernantes y políticos, cuando estas no son claras y no es un secreto que los hijos del ex mandatario se han visto inmersos en varios escándalos de talla nacional, a lo que el ex mandatario ha respondido de manera agresiva, sin dar claridad a los cuestionamientos hechos. Colombia no olvida la manera desobligante como respondió Uribe a la petición que hizo la exsenadora Cecilia López cuando les pidió la declaración de renta a los jóvenes Tomas y Jerónimo Uribe: “Mis hijos no son corruptos. Mis hijos no son traficantes de influencias ante el Estado. Mis hijos no son atenidos al papá. Mis hijos no son hijos de papi. Mis hijos no son holgazanes. Mis hijos no son vagos con sueldo. Mis hijos han escogido ser hombres de trabajo, honestos y serios".

 

En los última edición de la Revista Semana, el Director de la Corporación Nuevo Arco Iris,a través de su columna de opinión “La verdad sobre Tomás y Jerónimo” https://www.semana.com/opinion/verdad-sobre-tomas-jeronimo/155463-3.aspx, recordó los escándalos en los que los dos jóvenes estuvieron inmersos durante el mandato de su padre, y como lo haría cualquier ciudadano de bien, pidió sinceridad a la familia Uribe acerca de los episodios en los que se les relaciona, hecho que le costó insultos y diatribas, no solo de parte del ex mandatario, sino también de su primogénito y algunos amigos cercanos como José Obdulio Gaviria, con lo que  el presidente le demostró   al país cuan intolerante es , cuando alguien le increpa a decir la verdad de algún suceso.

 

No conforme con las expresiones groseras, al recordar una parte del pasado de León Valencia,  dejo ver que no es una persona dada a la reconcilación nacional que necesita el país para apaciguar las armas, hecho que resulta bastante preocupante para una nación que por el contrario requiere crear un ambiente de paz, para que los alzados en armas se sienten a dialogar y renuncien a las armas y además, un ambiente de justicia transicional para que las víctimas del conflicto armado se les repare y restituya sus derechos que les fueron arrebatados con el cruce de balas, para que así Colombia entera pueda llegar a un escenario de perdón.

 

La Corporación Nuevo Arco Iris se solidariza con su Director León Valencia y brinda su apoyo en la búsqueda de la verdad que tanto necesita este país.

 

Editorial