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Trabajando por el turismo en la Candelaria

Semana
25 de enero de 2011

Dentro del Plan de Desarrollo “Candelaria Turística, Humana e Incluyente” 2008-2012, de la Alcaldía Local, uno de los proyectos de gran impacto es un mejor impulso del turismo. Se trata de un proyecto estratégico encaminado al desarrollo del tejido social y productivo de la localidad para el intercambio económico, social y cultural con la ciudad, el país y el mundo. Aunque se ha ejecutado por etapas anuales, el proyecto ha tenido desarrollo durante toda la vigencia del Plan de desarrollo Local.

La localidad de La Candelaria de Bogotá es el corazón histórico y cultural de la ciudad de Bogotá, que ha dado la lucha hasta donde le ha sido posible por mantener la arquitectura colonial casi intacta. El centro histórico de Bogotá es uno de los mejor preservados en Latinoamérica. Ha atraído artistas, extranjeros, escritores e intelectuales en general, que han llenado el sector de teatros, bibliotecas y universidades. Los visitantes pueden observar las casas coloniales con sus ventanas enrejadas, portones tallados, techos de tejas rojas y aleros.

Al interior de la localidad cohabitan no solo la población residente, de los cuales una gran parte vive en condiciones de extrema pobreza, sino también lo que se considera como población flotante (Universitarios, funcionarios públicos, trabajadores y empresarios de todos los tamaños), en los que la situación económica en su mayoría contrasta con las condiciones de precariedad de los primeros.

Por lo anterior la Alcaldía Local en conjunto con otras instituciones, entre ellas la Corporación Nuevo Arco Iris, a través del Área de Gestión Democrática Territorial, buscan darle mayor impulso a la actividad turística, integrando las distintas modalidades empresariales, junto con la población residente. Los retos son bastantes, el principal elaborar una propuesta turística de manera más eficaz, favoreciendo la inserción de los actores locales en los procesos de desarrollo turístico, promoviendo a su vez el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.

Sin embargo para que esto sea posible, las acciones que se logren ejecutar a favor del turismo, se verán opacadas si estas no están acompañadas de trabajos por parte del Distrito que ayuden a un mejoramiento tanto ambiental, como urbano en la localidad, como el cuidado de árboles, fuentes hídricas, manejo de basuras, ventas ambulantes, movilidad, etc., que son temas que han sido descuidados a lo largo de las dos últimas administraciones y que han generado desorden en la zona.

Bien lo mencionó el Diario El Tiempo en su editorial del 21 de mayo de 2008, cuando aseguró que “El centro histórico de Bogotá -el empinado barrio de La Candelaria- se encuentra en una penosa situación”, al comparar esta zona con centros históricos en las ciudades europeas donde, se les da un impresionante y especial cuidado, porque allí se encuentran las claves del pasado, los orígenes de lo que existe, cosa que el Distrito ha comenzado a entender y está pensando en generar espacios donde en concertación entre la poblaciones residentes y flotantes, se piense más en la conservación del lugar, para la debida promoción actividad turística de la zona como central de su economía y que permita rescatarla de un futuro decaimiento.