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Un problema invisible: la deserción universitaria y los costos para el país

Semana
19 de febrero de 2011



A raiz de mi interés por acercar a la Universidad a la Empresa, para hacer posible que apalanquemos nuestro desarrollo a partir del uso inteligente de la Ciencia , la Tecnología y la Innovación, he tenido la oportunidad de ir conociendo detalles de la realidad que se vive en las universidades. Hay que entender de donde partimos, cuáles son las dinámicas que hoy se están dando, para dimensionar el verdadero reto del cambio que se va a tener que dar en el sistema universitario,  para adecuarlo a la altura de los nuevos desafíos.

Conversando con algunas universidades y con la Directora del ICETEX, en relación a estos temas, me he encontrado con la gran sorpresa de una cifra estadística impresionante, relacionada con el nivel de deserción de los estudiantes a nivel nacional. Asómbrense mis lectores: el 46% de los estudiantes se retiran de sus carreras antes de terminarlas. Esta cifra se baja por debajo del 30% cuando hay créditos de por medio.  Otro  dato: el costo anual  de las deserciones, en las universidades públicas, está cercano a los $ 225,000 millones !!!!!.

Para el ICETEX y el Ministerio de Educación, es tan grave esta situación, que tuvieron que montar un fondo con las universidades beneficiadas de los créditos estatales para estudiantes, exigiéndoles a estas, que dejen el 3% de los dineros recibidos. Con una partida similar por parte del Estado, se buscan dos efectos: que las universidades se preocupen por el problema de la siniestralidad de la cartera, so pena de perder los dineros depositados en el Fondo, pero también, para garantizar que el  ICETEX no sufra un deterioro patrimonial.

Las universidades pueden tomar acciones afirmativas para dar una ayudar personal a los estudiantes y desarrollar otros planes para enfrentar el problema. Si no lo hacen, pierden la posibilidad de recibir estudiantes con prestamos del ICETEX. Como me decía la Directora de la Entidad: "de esta forma somos socios en las buenas y en las malas".

Estoy seguro que los costos que el Estado incurre, no son sino un componente de la verdadera tragedia que implica para el país un proceso tan ineficiente. No pienso que estén cuantificados los costos de las frustraciones de estos estudiantes que se salieron del sistema. Tampoco, el costo que significó para las familias que se endeudaron hasta las narices y que sacrificaron  seguramente su calidad de vida, para darle a sus hijos la oportunidad de progresar a partir de una buena educación universitaria. Y apostaría que tampoco están incorporados los costos que representa el perder un inmenso capital humano, que el país urgentemente necesita para competir y mejorar.

Otro exabrupto: en muchas universidades se reciben 100 estudiantes a sabiendas de que se espera que lleguen al final solo 40 para graduarse. Y lo mas insólito es que el sistema está diseñado con este fin. Es el único caso donde una organización se da el lujo de perder el 60% de sus clientes y esto se considera algo normal !!!

¿Qué tan lejos estamos de los niveles mundiales?..¿Qué tan grande es la brecha? .. Pues bien, al compararnos con sistemas avanzados universitarios, el nivel de la deserción no supera el 5%, según la información que me fue suministrada. Y claramente, un indicador  de excelencia no puede ser el de dejar a la mayoría de los clientes en el pavimento. El objetivo debería ser el de garantizar que todos se gradúen con muy buenos niveles de calidad.

Conversando con personas responsables del Bienestar Estudiantil, sobre cuáles pueden ser las causas raizales de semejante problema, la sorpresa fue aumentando exponencialmente. Veamos algunas para tener una perspectiva de la situación.

"Choque con el modelo rígido de la Universidad que le impide al estudiante llevar a la practica iniciativas propias". "No tienen claro para donde quieren ir". "Ausencia de oportunidades en el campo laboral y económico". "Las familias se endeudan, los estudiantes no saben si tiene plata para los gastos y para entrar al mundo que le muestra la U". Estos son algunos de los comentarios que registré en reuniones sobre el tema.

Pero lo que más me impresionó, fue la afirmación de que no se conversa sobre el problema. Parecería que es un tema invisible. También, que la Universidad espera al estudiante perfecto y no se reconoce a la persona que llega.

Pero también me impactó la otra dimensión que apareció en estas conversaciones: el aspecto humano de los estudiantes que ingresan al sistema universitario. Independientemente del nivel socioeconómico, hay vacíos muy significativos como el de la auto confianza. Jovenes de ambos sexos que no se conocen así mismos y tienen profundas dificultades para expresarse emocionalmente. En este campo, me comentaba una de las sicólogas, que es muy triste ver personas para quienes dar o recibir un abrazo es muy difícil. La razón: vienen de familias castradas emocionalmente.

En una de las universidades con las que tuve la oportunidad de escuchar su experiencia, se está haciendo un proyecto piloto para ayudar a los estudiantes que van a salir al mercado laboral, para que se abran, establezcan metas, entiendan la importancia de la adaptación y de pararse ante la vida a partir de una mejor imagen de si mismos. Tienen talleres de auto conocimiento donde se les abren espacios para poderse expresar a nivel emocional. En este centro educativo están consientes de que este trabajo se debería realizar mucho mas temprano y no al final cuando el tiempo no da para profundizar.

En esta misma universidad me comentaban que el nivel de exigencia que ellos tienen, es muy alto y que no se ve a la gente "feliz".  La expresión coloquial que se escucha de los estudiantes es : " nos dan palo muy duro".  Al profundizar en estos comentarios, encontré que una posible explicación, está en la presión de la familia que los obligó a seguir una carrera que no querían.

También hay otras aristas del problema. A medida que pasa el tiempo, las falencias del sistema educativo escolar se vuelven evidentes y le es muy difícil al estudiante sostener la presión para la cual no estaba  preparado. También contribuye que hayan personas que no tienen claro que quieren ser en sus vidas, para dónde van y por lo tanto, se sienten aplastadas por el sistema. Me mencionaba la sicóloga, que algunos de ellos, al terminar su carrera, sienten que les quitaron un piano de la espalda.

Como se ve, el panorama es muy preocupante. Es claro que el acceso al crédito es necesario pero no suficiente. Hay debilidades estructurales de formación humana de los estudiantes y se comienza a entender que las variables de familia son críticas. El Presidente Santos, en un evento el viernes de esta semana, mencionó la importancia del desarrollo humano para hacer sostenible el crecimiento del país. Hay dimensiones de este problema, que no están en el radar del sistema educativo en general y en particular del universitario, Si no se aborda esta situación de fondo, nuestra capacidad competitiva basada en la Innovacion, la ciencia y la tecnología, va a estar seriamente comprometida.
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