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baruch vega acusa a juan gonzalo angel de narcotrafico y asesinatos

Semana
17 de julio de 2012

Del fotógrafo de modelos colombianas Baruch Vega se sabe que desde mediados de los años 80 fue un intermediario de la DEA y del FBI que, a cambio de millonarias comisiones, facilitó que decenas de narcotraficantes negociaran sus cuentas pendientes con la justicia de Estados Unidos. De Luis Guillermo Ángel se conoce que en julio de 1993 hizo parte de la lista de doce ex colaboradores del Cartel de Medellín que fueron beneficiados judicialmente por ayudar a desmantelar la organización narcoterrorista de Pablo Escobar Gaviria.

En cambio lo que hasta ahora empieza a trascender es que las relaciones personales entre el escurridizo Vega y el piloto Ángel Restrepo no sólo no fueron las mejores, sino que varios lustros después de que se movieran como pez en el agua en el mundo de los arrepentidos y confesos del narcotráfico, hoy protagonizan un singular enfrentamiento de impredecibles consecuencias, en el cual terminó por arrastre afectado el hermano del controvertido “Guillo” Ángel, el empresario de telecomunicaciones Juan Gonzalo Ángel Restrepo.

Sin mucha publicidad, esta pelea se venía dilucidando en una fiscalía de Bogotá porque el empresario Juan Gonzalo Ángel decidió instaurar un proceso por calumnia e injuria contra Vega por anteriores aseveraciones del fotógrafo. Pero comenzó a hacerse pública a raíz de ciertos comentarios formulados por Baruch Vega a instancias de La W Radio, cuando esta estación radial decidió consultarlo en marzo de 2009 por el boom que se derivó del seriado de televisión El Cartel. Por estar defendiéndose, Vega terminó provocando a Ángel.

El empresario consiguió el correo electrónico de Baruch Vega y le envió una comunicación manifestándole que lo había escuchado en la radio expresando que había sido víctima de calumnias y de padecimientos en su imagen, por la forma como lo habían presentado en el seriado de televisión, pero que debía pensar en que por su culpa él había vivido la misma experiencia. “He perdido negocios, amistades y he sufrido rechazo social”, comentó Juan Gonzalo Ángel, y líneas más adelante calificó a su interlocutor como su “berdugo moral (sic)”.

Desde Nueva York, el fotógrafo Vega contestó el 4 de abril de 2009. Pero lo hizo a través de una explosiva carta de ocho páginas donde literalmente se sacó el clavo enrostrándoles a Juan Gonzalo Ángel y a su hermano Luis Guillermo todos los episodios en que, según él, participaron en temas relacionados con el narcotráfico. Y como el empresario Ángel le había recordado el proceso en su contra en la Fiscalía 52 de Bogotá, Vega le replicó advirtiéndole que las copias de su comunicación quedaban en poder del FBI y la DEA en Estados Unidos.

La carta que las autoridades judiciales evalúan para corroborar los distintos episodios mencionados, empieza por decir que después de la creación de Departamento Antinarcóticos del FBI en 1986 fue invitado a trabajar en la división de inteligencia para que aportara datos sobre las organizaciones colombianas dedicadas al narcotráfico. Según Vega ese mismo año, durante una investigación combinada de la DEA y el FBI, un piloto capturado entregó información contra “Guillo” Ángel como narcotraficante y Juan Gonzalo Ángel como testaferro de su hermano.


Después manifiesta que entre 1986 y 1989, en desarrollo de la operación Gambit, conoció numerosos reportes que implicaban a los hermanos Ángel Restrepo en actividades de narcotráfico y lavado de activos; y que incluso tuvo conocimiento de que se llegó a preparar un encausamiento en su contra ante un gran jurado. Sin embargo, Baruch Vega revela que en 1990 fue encargado de otra misión de lavado de activos y se desligó de sus actividades de inteligencia. Allí estuvo hasta 1993 y pudo enterarse de que “Guillo” Ángel había sido amnistiado en Colombia.

Relata Baruch Vega en su misiva, conocida por El Espectador, que en 1996 retornó de Los Ángeles a Miami y fue encargado de operaciones encubiertas en la costa este de Estados Unidos y que rápidamente las acciones se orientaron a detectar casos de corrupción de la policía en conexión directa con agentes norteamericanos y grupos de narcotraficantes del norte del Valle. Y volvieron a aparecer los hermanos Ángel Restrepo, esta vez en operaciones ligadas con el capo Wílber Varela, alias Jabón. No obstante, surgió un inconveniente: ambos aparecían cooperando con la justicia de EE.UU.

Vega refiere que específicamente el agente de la aduana Edward Kacerosky “los amparó totalmente indicando que estaban participando en operaciones encubiertas”, pero que los informes y reportes en su contra continuaron apareciendo bajo el cargo de estar muy ligados a Wílber Varela y estar “protegidos por miembros de la Policía colombiana, en especial por el coronel Danilo González”. En junio de 1998, Vega viajó a Colombia para ofrecerle un sometimiento voluntario al narcotraficante Fabio Ochoa Vásquez y en esta fallida negociación volvieron a aparecer los hermanos Ángel Restrepo.

Según Vega, Ochoa solicitó unos días para tomar una decisión, pero comentó que el que podría estar interesado era Hélmer Pacho Herrera, quien estaba a las puertas de obtener su libertad pero libraba una guerra brutal contra Wílber Varela. En septiembre de 1998, el FBI coordinó una reunión para esta última misión con la presencia de dos fiscales de EE.UU., dos agentes de la aduana y del FBI, varios abogados y el propio Vega. Sin embargo, el agente Kacerosky se opuso porque a su parecer no negociaba con criminales.

Días más tarde, cuando Vega le informó personalmente a Pacho Herrera lo que había sucedido, éste le advirtió que Kacerosky trabajaba con los hermanos Ángel y éstos a su vez con Wílber Varela, por lo cual el cartel del norte del Valle sabía de las negociaciones y los iban a matar a todos. En efecto, en noviembre de 1998, cuando Vega tramitaba su ingreso a la cárcel de Palmira, se enteró que minutos antes Pacho Herrera había sido asesinado en el mismo penal. De inmediato Vega viajó a Cartagena y rápidamente regresó a Miami.

Volvió a Colombia en marzo de 1999, esta vez para reunirse con los hermanos Rodríguez Orejuela en la cárcel La Picota, en una reunión en la que también estuvo Juan Carlos Ramírez, alias Cuchillo. Al día siguiente se encontró con Julio Fierro, esposo de la modelo Natalia París y pieza clave de varias agencias judiciales de EE.UU. Según Vega, él le advirtió que debía salir del país porque iban a asesinarlo y le contó que lo supo en una reunión a la que asistió en representación de Gabriel Puerta, donde también estaban el coronel Danilo González, varios miembros del cartel del norte del Valle y “Guillo” Ángel.

Además, Julio Fierro le dijo que Vega era un gran peligro para la organización y por eso debía ser asesinado. El 3 de marzo de 1999 salió de Colombia porque confirmó a través de otro cooperante el complot en marcha. Ese mismo día, su principal contacto en Colombia, Arturo Piza, fue asesinado. Según Vega, la orden la dieron Danilo González, Wílber Varela y “Guillo” Ángel. El FBI y la DEA acumularon evidencias para encausar a los asesinos de Piza, pero de nuevo apareció el agente Kacerosky para impedirlo, argumentando que varios miembros del cartel del norte del Valle iban a someterse a la justicia.

Este proceso no prosperó y Varela y sus socios tuvieron que abandonar EE.UU. Luego vino la operación Milenio y con el tiempo  se supo que los principales informantes fueron los miembros del cartel del norte del Valle que no lograron negociar. El trofeo mayor, según Vega, fue el encausamiento de Fabio Ochoa y de paso “Guillo” Ángel y sus socios por mucho tiempo aparecieron como personas sin ningún tipo de investigación en su contra. Sin embargo, los extraditados del caso Milenio comenzaron a cooperar y después fue clave la información aportada por Víctor Patiño, Hernando Gómez Bustamante y Gabriel Puerta Parra.

Pasaron los días y en enero de 2003 el FBI y la DEA volvieron a advertirle a Vega que iban a asesinarlo. Por eso el fotógrafo salió a denunciar a los cómplices del complot y en particular lo hizo contra Danilo González, Wílber Varela y “Guillo” Ángel. En ese momento es cuando el coronel Danilo González decide someterse a la justicia norteamericana y en una primera conversación compromete a “Guillo” Ángel “en operaciones de narcotráfico, lavado de activos, corrupción, asesinatos y obstrucción a la justicia”. Después vinieron las investigaciones contra Baruch Vega y su posterior encarcelamiento.

Según Vega, ese proceso sólo desvió investigaciones y logró encubrir la corrupción que envolvía a miembros de la Policía y de la embajada americana en Bogotá, con grupos de narcotraficantes, en donde unas de las figuras principales eran los hermanos Ángel. Y concluye Vega: “Desafortunadamente para algunas personas sus opciones se agotan cada día más. Esperemos que este no sea el caso para ustedes. Ya hay menos personas para inculpar, para obtener protección y desviar la atención de investigaciones en su contra. Actualmente ustedes son de las pocas personas que se encuentran libres y eso no ha sido del agrado de sus ex socios”.


Vega cierra su carta manifestando que puede responder por todas las imputaciones que se le hagan como consecuencia de sus declaraciones, pero que tiene la seguridad de que los organismos del gobierno de Estados Unidos para los cuales trabajó van a respaldarlo. Desde entonces han transcurrido cuatro meses y poco se sabe de las consecuencias de esta carta. Consultado por El Espectador, el polémico fotógrafo, palabras más palabras menos, se ratificó en sus imputaciones. El empresario Ángel las negó de plano. Las justicias de los dos países tienen la palabra.

“Son inventos de Baruch Vega”: Juan Gonzalo Ángel

Juan Gonzalo Ángel rechazó los señalamientos de Baruch Vega e indicó que todo lo que dice es un invento.

En su oficina del canal de televisión Cablenoticias respondió a los cuestionamientos que Vega hace en su comunicación.

El señor Vega dijo en 1986 durante una investigación de la DEA y el FBI que un piloto que trabajó con usted y su hermano en asuntos de narcotráfico, entregó información sobre usted y su hermano. ¿Qué responde?

Eso no es así. Son inventos de Vega. Hablé con el agente Edward Kacerosky, él sabe del tema.

¿También habla de la ‘Operación Gambit’, en donde se recibieron reportes contra usted y su hermano por narcotráfico a través del cartel de Medellín?

Entonces por qué no me extraditaron o denunciaron. ¿Le parece normal que haga estas acusaciones 20 años después?

¿Es cierto que la justicia de EE.UU. preparaba un encausamiento contra usted y su hermano?

No tengo ningún conocimiento de ese tema. Incluso me vine a enterar  del acuerdo de mi hermano con la Fiscalía hasta 1999.

¿En otros reportes dice Vega que en 1997 los ligan a Wilber Varela?

No conozco esos reportes, eso debe preguntárselo a la DEA o al FBI.

¿Ustedes cooperaron con Estados Unidos y con el agente Edward Kacerosky?

Ellos no me conocen a mí y no conozco a nadie del mundo del narcotráfico, eso es falso, pregúnteselo a Kacerosky.

Según Vega, en 1998 la DEA y el FBI los relacionó con el cartel del norte del Valle, ¿qué opina?

Eso se lo debe preguntar a la DEA y al FBI, insisto, no conozco a ningún mafioso ni a nadie del cartel del norte del Valle, ni siquiera al señor Baruch Vega.