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CARAS Y SELLOS EN COLOMBIA EN ESTOS DÍAS.

Semana
12 de marzo de 2012

Sello. El Sr. Luis Carlos Restrepo, ex Alto Comisionado para la Paz, armó una tramoya en contra de la ex Fiscal Vivian Morales para alegar que, por las denuncias que hizo en contra del esposo de ella -Carlos Alonso Lucio- su  caso judicial obedecía a una persecución de la funcionaria en su contra y que, por lo tanto, consideraba que no tendría las garantías procesales necesarias para demostrar su inocencia en Colombia. Ahora que existe una nueva Fiscal General de la Nación (E) el argumento se le cayó al piso; pero tampoco regresa a ponerle la cara a la justicia ya que la intención suya y la del uribismo en general ha sido la de desconocer a la justicia del país, como presuntamente lo hicieron con la Ley mientras fungían como altos dignatarios del Estado, como decían entonces: trabajando por los altos intereses de la Patria. Quienes no acatan el ordenamiento jurídico e instan a sus conciudadanos a ello no pueden pretender seguir manejando la política en este país; la diferencia entre ellos y un subversivo no existe y solo se aprecia en el uniforme del segundo, vestido con pintas de camuflado y en las elegantes túnicas de los primeros, como las que usaba Bruto a propósito de los Idus de marzo.

 

Cara. Hablando de la ex Fiscal General. Ejemplarizante su actitud frente a las decisiones del alto Tribunal que anuló su elección; pocos o casi ningún funcionario público en Colombia anteponen las instituciones a sus intereses particulares; su pronta renuncia le cerró la puerta a una crisis institucional que se hubiese creado si se hubiere esperado a conocer la sentencia definitiva del Consejo de Estado cuestionando la legalidad de su elección o hubiere interpuesto un recurso para permanecer en el cargo. Acató valientemente el sentido del fallo, lo mismo el ex Vice Fiscal, permitiendo que el Presidente pudiese posesionar rápidamente a una Fiscal General, aunque en  encargo, para así garantizar el funcionamiento sin traumatismos de esta alta institución judicial del país.  

 

Cara y sello. Winston Churchill acuñó la siguiente frase en honor de los escasos escuadrones de pilotos de la Royal Air Force que valientemente hicieron frente a la mayor fuerza aérea de guerra del mundo hasta ese entonces, la Luftwaffe nazi, salvando a Inglaterra de una mayor destrucción y de una invasión: “Nunca antes tantos le debieron tanto a tan pocos”. En el caso de la llamada guerra contra las drogas ilícitas la frase se puede inclinar así: nunca antes tan pocos le deben tanto a tan muchos; el sacrificio que los ciudadanos de Colombia, México, Perú, entre otros de estas latitudes, han ofrecido, en vidas y en recursos económicos que pueden ser destinados a cubrir necesidades de los más pobres, para que pocos se enriquezcan y se fortalezcan en estructuras de poder que desafían a los Estados y para que se fortalezcan burócratas encargados de liderar la guerra, no se compadece con el resultado estratégico que dista de ser contundente en contra del narcotráfico. El esfuerzo que han hecho intelectuales y estadistas latinoamericanos, apoyados en los últimos días por los gobiernos de Colombia, México y otros de países centroamericanos, está empezando a dar sus frutos al obligar al gobierno de los EE.UU. a discutir el tema en la próxima Cumbre de las Américas a realizarse en Cartagena. El avance inicial no es de poca monta ya que en el pasado quien osaba plantear el tema de la legalización como herramienta para combatir al narcotráfico y sus efectos colaterales era puesto en la picota pública y sus pies casi a bordo de un avión de la DEA para ser juzgado en cortes estadunidenses. Bien  lo ha planteado el ex presidente colombiano  Cesar Gaviria, en una reciente entrevista: ya los EE.UU. no pueden pretender venir a dictarnos cátedra.

 

El sello, por supuesto, se encuentra en el gobierno de los EE.UU. que en otros términos plantea sobre el particular un diálogo de sordos. Esperemos que la diplomacia latinoamericana sea contundente en la Cumbre y logre una declaración en la que veamos que los EE.UU. algo escucharon. El largo camino se inicia con el primer paso. Es posible que lo que no entiende Fouché la razón  la dé Ricardo.