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Carlos Caicedo, el alcalde bloqueador…

Semana
5 de noviembre de 2012

Por aquellas épocas preelectorales en las que Carlos Caicedo se mostraba ante los medios de comunicación como una víctima de una injusta condena (y económicamente arruinado), justo por esa época, fue que él me seguía y me dejaba seguirlo en Twitter. 

Solo en esa época @CarlosECaicedo me hacía RT a muchos de mis tuits. Porque yo creía en su proyecto y porque él, sobre todo, necesitaba de la gente, de sus seguidores.

Pero Caicedo fue elegido y, como buen político, hizo que la magia con sus electores se acabara; que sus proyectos políticos propuestos quedaran como la casa de Escalona, en el aire (hasta ahora, claro está). Pero esa es mi opinión y nada más; opinión que –gracias a las redes sociales– cualquier ciudadano puede manifestarle a un alcalde en Twitter, porque es que ¿qué alcalde no tiene a sus empleados de la oficina de prensa voleando tuits institucionales a diestra y siniestra? Y así lo hice un par de veces, hasta que me di cuenta de la triste realidad: me había bloqueado.

No solo me bloqueó a mí, que me terminó de desilusionar cuando –porque a él se le dio la gana– acabó con las Fiestas del Mar, sino que bloqueó a cualquier tuitero que osó hacerle una mención en donde alguno de los 140 caracteres fuera algo parecido a una crítica. Y si no me cree, haga el intento.

Su Twitter es el fiel reflejo de su gestión Uribesca: el que no está con él, está en su contra. Ya recordaba yo cuando alguien me advirtió sobre ese especial temperamento del entonces rector de la U. del Magdalena que quedó bien reflejado en la carta de renuncia de la que fue Secretaria de Cultura de la Alcaldía de Santa Marta.  No en vano sus secretarios se pueden contar con los dedos de una mano mocha.

Aprovecho este espacio que solamente leo yo mismo y cinco gatos más (entre los que estás tú), para recordarle al alcalde que lo bonito de la democracia es la existencia del otro, y que si los bloquea, el otro no existe… Que esos mismos ciudadanos que le permiten sentarse y arrear desde su despacho los destinos de Santa Marta, son los mismos a los que les cierra las puertas de la interlocución.

En eso hay que reconocer que sí era mejor el anterior alcalde, JP Díaz-Granados (desaparecido del mapa, de hecho) que tenía a su asesora de prensa y redes sociales siguiendo minuto a minuto las opiniones de los samarios a través de las redes sociales, que hasta los convidó a su despacho para dialogar y trataba de interactuar con ellos, estuvieran o no de acuerdo.

Que Caicedo sepa que en la política las redes sociales se convirtieron en una herramienta muy importante para gobernar… ¿Se ha detenido él a pensar en qué manos las dejó? ¡Pregunto yo!

Por Polo Díaz-Granados
www.seguimiento.com.co
 


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