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DE LOS BICITAXIS Y LA MOVILIDAD

Semana
4 de noviembre de 2012

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Las últimas cinco administraciones distritales han dado pie para desarrollar inversiones de modernización para Bogotá, esto se ve claramente en la implementación del sistema Transmilenio y la red de ciclorutas efectuadas en la alcaldía de Enrique Peñaloza.

Hace veinte años atrás, el sistema de transporte de la ciudad se basaba en la llamada “guerra del centavo” donde los buses del servicio público se peleaban por los pasajeros y por las rutas, de ahí, personas sin empleo empezaron a buscar en los buses una alternativa de sustento como los vendedores de dulces y otros productos, los limpiavidrios y hasta los “calibradores”, estos últimos son los que, de manera informal, miden el tiempo de distancia entre un bus y otro dentro del cubrimiento de una misma ruta. Todo esto, mas el mal estado de la maya vial de la capital, hicieron del transporte público un caos total.

Ahora, a bordo de la administración de Gustavo Petro se habla de un nuevo sistema de transporte público, organizado para la ciudad, el llamado SITP (Sistema Integrado de Transporte Público), que conecta el actual sistema Transmilenio con buses alimentadores, buses urbanos y buses complementarios, sistema que, se supone, busca cubrir todo el casco urbano, lo cual no se ha logrado desde que comenzó este proyecto de movilidad para Bogotá.

A raíz de esta problemática, comenzaron a funcionar los bicitaxis, los bicitaxis son un reciente modo de transporte informal que funciona con el objetivo de llevar a las personas hacia las zonas más periféricas de Bogotá, a cambio de una remuneración, que obviamente, es menor a la de una carrera mínima de un taxi. ¿De que consta un bicitaxi? Un bicitaxi es un triciclo dotado de una cabina trasera donde pueden transportarse un máximo de dos o tres pasajeros, y un fuelle en la parte de adelante donde se ubica la persona que maniobra el bicitaxi “bicitaxista”.

Este medio de transporte se puede ver mayormente en las zonas sur y suroccidente de la ciudad, como en las localidades de Usme, Bosa y Kennedy; aunque también se ven en el centro histórico y en varias zonas de Usaquén y Engativá al norte de Bogotá.

Las personas que manejan estos vehículos, son personas que no cuentan con un trabajo formal, por lo que este es su único modo de sustento, no cuentan con prestaciones sociales, y además se enfrentan a las inclemencias del tráfico en las calles, arriesgando sus vidas mientras se enfrentan a carros a alta velocidad, con el fin de conseguir aunque sea un pasajero.

La Alcaldía de Bogotá ha dicho a la opinión pública que está pensando en legalizar los bicitaxis y formalizar el modo de empleo de muchas personas que dependen de ello, se tiene propuesto que se pueda integrar un sistema de bicitaxis a la actual red de transporte urbano, pero con notables modificaciones, por ejemplo, habilitar una especia de carriles exclusivos para este tipo de vehículos, la actual red de ciclorutas puede ser una gran opción; renovar los vehículos que se están utilizando actualmente. Los bicitaxis que ruedan por Bogotá son construidos de manera “artesanal” y no cuentan con certificados de calidad y no garantizan seguridad para los pasajeros como para el conductor, entonces lo que quieren hacer es poner unos nuevos vehículos más modernos, más seguros, más livianos y más económicos, así como los que se ven en grandes ciudades como Londres, que hacen uso de este sistema.

Mientras los bicitaxis son antiestéticos para unos, para otros son una bendición, y en Bogotá se ven muchos casos en los que la gente tiene que abordar un bicitaxi porque su lugar de residencia queda alejado de vías principales y hasta de los paraderos de los alimentadores de Transmilenio.

Ojalá y la actual administración formalice este sistema de transporte, del que dependen muchas personas, ya que este tipo de vehículos no contaminan, y si se mejoran, pueden contribuir mucho en la modernización de movilidad en Bogotá.

 

Diego Hernán Rubiano Devia