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Desapercibidas muertes del mayor Castrillón, cabo Rojas y soldado Botero en el Cauca

Semana
26 de febrero de 2012

 

    Análisis del conflicto colombiano

    Durante 24 horas, soldados de la Fuerza de Tarea Apolo y la Brigada Móvil 14 repelieron el ataque terrorista de la sexta cuadrilla de las Farc contra los habitantes del Corregimiento El Palo, ubicado en inmediaciones de un resguardo indígena ubicado el área rural de Caloto-Cauca,

    Los terroristas atacaron a la población civil y a las tropas con morteros artesanales denominados “tatucos”, trampas explosivas y ráfagas de fusil. Pocas horas antes de caer en combate, el mayor Dixon Castrillón Gómez dirigió el desalojo de los habitantes de la región, para ponerlos a salvo de la inminente masacre por parte de las Farc.

      Después de haber salvado la vida de los campesinos e indígenas, un artefacto explosivo artesanal  lanzado por los terroristas mató al mayor Dixon Castrillón Gómez, al cabo primero Luis Enrique Rojas y al soldado profesional Mauricio Botero y dejó otros once militares heridos.

         Por coincidencia, días antes el soldado Botero había prestado los primeros auxilios y salvado la vida a un terrorista herido, perteneciente a la misma cuadrilla que luego asesinó a este héroe desconocido, como miles de militares que han ofrendado su vida en defensa de Colombia y por desgracia, de una clase política carcomida por la corrupción y la politiquería que no merece los soldados que tiene.

         Mientras con las muertes en combate del mayor Castrillón, el cabo Rojas y el soldado Botero, el Ejército Nacional resarce por enésima vez su vocación patriótica y sacrificio supremo en búsqueda de la esquiva paz de Colombia, muchos compatriotas indiferentes y apáticos ignoran lo sucedido, o lo que es más grave los corruptos y politiqueros infiltrados en las tres ramas del poder público, permanecen en sus inmerecidos cargos sostenidos por esos héroes anónimos.

            Así es. Tres militares mas murieron en el Cauca por defender la democracia y la institucionalidad, a las mismas que pertenecen el nuevo mejor amigo de Chávez y los dos ministros candidatos presidenciales en campaña desde sus cargos (Pinzón-Vargas Lleras).

       Y también pertenecen a esa élite de defendidos por los militares muertos, los magistrados corruptos incrustados en el Consejo de la Judicatura, los magistrados leguleyos que dejaron sin valor las pruebas de los computadores de Reyes, los jueces y magistrados que condenaron a Plazas Vega con pruebas dudosas, los depredadores de las finanzas públicas que se dan silvestres en todas las instancias de la administración pública, la senadora que ganaba 20 millones de pesos de sueldo y viajaba al exterior a patrocinar a las Farc, los Farcpolíticos, los parapolíticos y toda la fauna de delincuentes de cuello blanco que se disfrazan de congresistas, jueces, diputados, concejales, alcaldes, gobernadores, para infiltrarse dentro de quienes si cumplen con los compromisos en esos cargos.

      Dolor de patria e ira contenida embargan el corazón y los sentimientos de los militares colombianos, al ver que tres mas sus compañeros de armas cayeron abatidos por el brazo armado del Partido Comunista en medio de una guerra artera y atroz, al mismo tiempo que de manera olímpica y displicente el Presidente Santos con los ministros de Defensa y Hacienda, al ritmo de sus asesores se inventan toda clase de artilugios para eludir el pago del salario justo ordenado por la ley para estos héroes, contemplado desde 1992.

     Igual sucede con el lamentable y lastimero servicio de salud de las Fuerzas Militares. Es inexplicable que funcione tan mal, este ramo del bienestar de las tropas, de sus familiares inmediatos, en particular desde cuando al entonces ministro Santos se le ocurrió la brillante pero no muy clara ni convincente idea de centralizar en el Ministerio de Defensa todas las compras del sector, con énfasis en los medicamentos, los contratos de servicios especializados y el manejo de citas telefónicas en contravía de los avances del mundo hacia la obvia sistematización.

     El servicio de salud militar colapsó. No obstante, la buena voluntad que tienen muchos de sus funcionarios, ni los medios disponibles, ni la cobertura son suficientes. Lo que hay en este momento es vergonzoso y desdice del buen nombre que tiene la administración militar en Colombia y en el mundo.

      De la justicia con los militares ni hablar. Por payasada politiquera se juega con el Fuero Militar consagrado en la Constitución Nacional.  Como será la falta de lealtad de los politiqueros hacia el Ejército Nacional, que el teniente de reserva Germán Vargas Lleras, el mismo personaje que posa feliz y sonriente disfrazado de militar, con sonrisa similar apuñala en las instancias políticas a la institución que le concedió el inmerecido título de oficial de reserva y a la que debería defender por lealtad (palabra poco conocida por los demagogos colombianos).

       En síntesis, es urgente que el ministro Pinzón y el Presidente Santos, se bajen de la nube a la que se subieron convencidos que son mas estadistas que Churchill y mas estrategas que Mc Arthur, para que pongan atención a estos problemas y los solucionen antes que hagan metástasis con impredecibles consecuencias, pues es injusto, inaceptable y vergonzoso que militares valientes, honestos y patriotas como el mayor Castrillón, el cabo Rojas y el soldado Botero, entreguen sus vidas en defensa de funcionarios desleales.

       Presidente Santos, ministro Pinzón: La fe en la causa que tanto promulga el general Navas, es igual a la lealtad: Debe ir y venir en ambos sentidos. Olvídense del imaginario que ustedes son los dueños de los éxitos de las tropas, y que los fracasos son responsabilidad de sus subalternos.

Las vidas de los oficiales, suboficiales y soldados que a diario mueren por defender la república y por desgracia para mantenerlos a ustedes en los cargos que ocupan, valen igual o quizás más que las suyas.

         ¡Reflexionen!... para las viudas y los huérfanos de estos héroes, no serán suficientes la bandera, las medallas, los ascensos póstumos y las notas de estilo pre elaboradas en formatos de cortesía. Los muertos ya se fueron del planeta y los irreparables lutos no serán reemplazados por nada.

 

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de Asuntos Estratégicos

 

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