EL ESTADO ASFICIANTE

NO MAS CARGAS!  NO MAS CRIMINALIZACION DE LA POBREZA!

Prohibir, prohibir y prohibir es política y estrategia de la corrupción y la extrema derecha que siempre suelen ir de la mano y mucho mas en los tiempos modernos de la globalizacion y el neoliberalismo en los cuales las principales causas parecen ser el dinero y el poder para hacer mas dinero. Por eso el estado totalitario y la burguesía burocrática de estado, tan criticado en los países de la cortina de hierro se convirtió en el modelo del estado neoliberal, sin que se percataran los “demócratas del mundo”.

 Es un estado que busca  convertir a la  mayor parte de la población en un cliente obligado, en un delincuente  o por lo menos en infractor para hacerla mas vulnerable, manipulable y exprimible; encontrando así justificación para intervenir, presionar, reprimir o esquilmar, cuando se considere necesario, pues de esos se trata!.

El mecanismo, una legislación aparentemente inocente pero perversa y la mayoría de las veces dispersa para pasar desapercibida. Un mico colgado en una ley, un decreto o una resoluciones a través de sus agentes y burócratas. Son prohibiciones triviales, requisitos ridículos, sanciones o castigos desproporcionados, que a pesar de sus aparentes  “buenas intenciones” sus propósitos son aviesos y sus intereses inconfesables. Constituyen una  plaga a todos los niveles, y son el trasfondo de la corrupción y el montaje de negocios públicos y privados para las grandes empresas, nacionales y extranjeras y la burocracia al amparo del estado.

 Es una legislación que promueve una gran sensibilidad frente a los pequeños delitos o contravenciones, mientras nos vuelve casi insensibles frente a los grandes crímenes. Si alguien se roba un dulce en un supermercado,  puede ir a la cárcel por varios años sin derecho a excarcelación y a nadie mueve a escándalo; piratear  CD o robarse un celular es un crimen mayor o equiparable a robarse los recursos públicos de la salud; vender leche recién ordeñada, gallinas de campo o producir panela en un trapiche campesino son actividades ilícitas: la ley las prohíbe porque se convirtieron en la mayor fuente de insalubridad publica a favor de la producción con contaminates químicos de las grandes empresas que avala el Invima y hasta vender un cigarrillo; las transnacionales han ordenado que estas se deben vender es por cajetilla mínimo de diez cigarrillos promoviendo de esta manera y “sin querer queriendo” su consumo y las ventas.

Por que toda contravención así sea irrelevante se tiende a convertir en multa?, sirva de ejemplo el transito, con sus conducciones a los patios de los vehículos por cualquier motivo y el consecuente pago de grúas y parqueaderos, además del respectivo parte; o la obligación de mantener prendidas las  luces de los vehículos a pleno día y en pleno trópico  para fomentar la venta de Baterías y de bombillas. La lista es interminable, cualquiera puede hacer el ejercicio de los requisitos, los tramites y los costos para montar cualquier pequeño negocio, que tiene los mismos requisitos y casi los mismos costos que los  grandes.

Y a todo esto, en el contexto de corrupción, de ineptitud, ineficiencia en que se mueve el estado,  a la infinidad de requisitos, de prohibiciones y despropósitos hay que agregar la presión de los funcionarios al acecho, complejizando o retardando cualquier tramite en busca de coimas o   los amigos cercanos al poder buscando padrinos para montar empresas con clientelas obligadas, a la sombra del poder;

Ahora, el problema mas grave al respecto es que a nadie pareciera darse por aludido y al gobierno tampoco; al revés, después de sus múltiples leyes antitrámite, las cuestión sigue peor y aun no hemos tocado fondo, pues voluntad política al respecto, no hay!.