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EL OSO DEL DOCTOR GARZÓN EN OIT

Semana
29 de mayo de 2012

Con solo siete votos de cincuenta y seis posibles terminó para el Doctor Garzón su intento de ser presidente de la OIT. El hecho demostró hasta que punto estuvo el gobierno y los áulicos de esta candidatura equivocados, simplemente lo querían tener alejado gracias a este nombramiento, por ello resulta imperdonable el oso de la cancillería por absoluto desconocimiento de este tipo de elecciones. Empecemos por lo más simple, ni siquiera los sindicatos nuestros votaron por Angelino.

Supuestamente los Norteamericanos le apoyaban, pero el informe de mayo de este año del departamento de estado denunció  el asesinato de sindicalistas, la falta de garantías de los  trabajadores , las persecuciones, y señalaba las responsabilidades del estado al respecto. De igual manera el informe del mayor sindicato Americano fue desfavorable al gobierno Colombiano, por las mismas razones y al final terminó siendo una denuncia, para no hablar de las ONG dedicadas a los temas humanitarios, de qué apoyo estaría pensando el gobierno.

El fracaso fue total y la mayor responsabilidad la tiene la cancillería. No conocía como se suman los votos y las variables de este tipo de elección. Era imposible que un latinoamericano fuese elegido, el anterior presidente era un Chileno y nunca repite una región.  Los votos de Angelino fueron hechos por cinco países Latinoamericanos y dos del Caribe parece. Se vota por el país o por la persona, el gobierno ni si quiera averiguó bien esta variable. El candidato que ganó, que fue un Ingles, no fue apoyado por su gobierno. Los sindicalistas tienen catorce votos, los empleadores igual número y los gobiernos veintinueve. Nadie puede ganar sin contar con los demás. Desde esta perspectiva su campaña fue absolutamente errada.

Si la candidatura tenía como propósito alejarlo de la política Colombiana, simplemente no se pudo, queda descontado que el doctor Angelino volverá por sus fueros. Cabe preguntar quién asumirá los inmensos gastos de esta errada campaña. Amanecerá y veremos.