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EN POLÍTICA ELECTORAL ¿"TODO SE VALE"?

Semana
17 de julio de 2011

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IDEAS EN MOVIMIENTO

Mejorge0@gmail.com

EN POÍTICA  ELECTORAL ¿ES LO MISMO OCHO QUE OCHENTA?

Los colombianos como los ciudadanos de todos los países donde se practica uno de los mecanismos heredados de la democracia, como lo es el de las elecciones, cuando estamos en época eleccionaria estamos expuestos a toda clase de sorpresas y engañifas, las que se expresan de las más diversas formas que van desde “los sacrificios” a los que tienen  que someterse para conquistar el poder en” beneficio del pueblo”, hasta la de los comportamientos belicosos de algunos personajes que se creen por encima del bien y del mal  porque de todas maneras son los “ungidos” para ser los representantes del pueblo.

En todos los casos,  los candidatos desfilan por la pasarela del electorado, tratando de presentar su ropaje como el mejor, sin importar cómo se confeccionó, quién lo ideo, de qué color es,  porque lo que interesa es vender a costa de todo.

Existen modelos de todas las especies, desde los que aspiran a la elección a una junta de padres de familia, a una personería estudiantil, pasando por los que quieren salvar almas para el señor a través de una junta  pro-construcción de un templo,  o los inefables dirigentes comunales que han sido elegidos por décadas a una JAC, o aquellos trabajadores que atacan la reelección de todos, menos la de ellos, porque son los únicos que pueden manipular, perdón, dirigir los destinos de un sindicato sea éste grande o pequeño.

En esas organizaciones primarias se gestan y reflejan todos los vicios que practican los ciudadanos que buscan gobernar  o legislar a todo nivel, con contadas excepciones. Para ellos está por encima de todo el “interés de las comunidades”  y como los miembros de éstas pertenecen a todos los partidos políticos, tendencias ideológicas, al candidato o candidatos poco les interesa ser o no ser política o ideológicamente. Los elegidos deben gobernar para todo el mundo, pero los candidatos deben jugársela desde sus propias orillas partidistas e ideológicas.

Se ha planteado que los partidos políticos son una parte sustancial de la vida democrática de un país, pero esto no importa cuando se es candidato, para eso son los atajos y el todo se vale. Desde que Adán mordió la manzana todo se le ha posibilitado a la humanidad. Lo grave del asunto es que estas prácticas se reproducen en el seno de la sociedad, en toda su extensión y han contaminado las mentes y conciencias de ingenuos ciudadanos que votan, y que probablemente creen que las cosas deben ser así.

Los profesionales de la política electoral  parecen estar blindados contra todo.  Siempre aparecen en la palestra política, unas veces como candidatos, otras como patrocinadores, pero siempre están ahí, siempre los mismos  o encarnados en cuerpos ajenos.

El caso colombiano que por tradición ha sido un país electorero, considerado por esto como bastión de la democracia entre los países de Sur América, es muy avanzado en materia de mañas, digo de estrategias y tácticas electorales. La Constitución Política del 91 que dio grandes pasos hacia la creación de un estado de derecho y de una política participativa, las leyes de partidos, son birladas siempre que las mismas traten de controlar las prácticas electorales de los partidos, movimientos o personas interesadas en participar en las contiendas eleccionarias. El voto preferente o la recolección de firmas de grupos significativos son esguinces constitucionales que han abierto la compuerta para debilitar a los partidos y para que muchos avivatos politiqueros puedan supervivir en el escenario de la politiquería.

A escasos dos meses del acontecimiento en cual se elegirán nuevos alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, son muchas las mañas que han brotado en la atmósfera política, en las regiones, localidades como hasta en las grandes ciudades, incluida la capital.  Pululan candidatos que son de partidos y avalados por partidos. Otros, candidatos que no pertenecen a partidos pero que son avalados por partidos.  Otros, que perteneciendo a partidos se presentarán como candidatos por firmas de sectores significativos. La gran fauna camaleónica se ha dado cita para invadir los terrenos putrefactos y manidos  de las alianzas y coaliciones.

Otros hechos, como la grotesca compra de votos y personas,  a través de la promesa de puestos o el regalo de dádivas y esa práctica nefasta del trasteo de votos y las amenazas de que son víctimas los habitantes de pueblos y veredas por parte de grupos armados de toda índole  completan el panorama de nuestra nación tan golpeada por la delincuencia de cuello blanco patrocinada por los que se han hecho elegir utilizando los métodos de los atajos y del todo se vale.

San Juan de Pasto, a un día de terminar las vacaciones de medio año 2011.

 

 

 

IDEAS EN MOVIMIENTO

Mejorge0@gmail.com

 

¿ES LO MISMO OCHO QUE OCHENTA?

 

Los colombianos como los ciudadanos de todos los países donde se practica uno de los mecanismos heredados de la democracia, como lo es el de las elecciones, cuando estamos en época eleccionaria estamos expuestos a toda clase de sorpresas y engañifas, las que se expresan de las más diversas formas que van desde “los sacrificios” a los que tienen  que someterse para conquistar el poder en” beneficio del pueblo”, hasta la de los comportamientos belicosos de algunos personajes que se creen por encima del bien y del mal  porque de todas maneras son los “ungidos” para ser los representantes del pueblo.

 

En todos los casos,  los candidatos desfilan por la pasarela del electorado, tratando de presentar su ropaje como el mejor, sin importar cómo se confeccionó, quién lo ideo, de qué color es,  porque lo que interesa es vender a costa de todo.

 

Existen modelos de todas las especies, desde los que aspiran a la elección a una junta de padres de familia, a una personería estudiantil, pasando por los que quieren salvar almas para el señor a través de una junta  pro-construcción de un templo,  o los inefables dirigentes comunales que han sido elegidos por décadas a una JAC, o aquellos trabajadores que atacan la reelección de todos, menos la de ellos, porque son los únicos que pueden manipular, perdón, dirigir los destinos de un sindicato sea éste grande o pequeño.

 

En esas organizaciones primarias se gestan y reflejan todos los vicios que practican los ciudadanos que buscan gobernar  o legislar a todo nivel, con contadas excepciones. Para ellos está por encima de todo el “interés de las comunidades”  y como los miembros de éstas pertenecen a todos los partidos políticos, tendencias ideológicas, al candidato o candidatos poco les interesa ser o no ser política o ideológicamente. Los elegidos deben gobernar para todo el mundo, pero los candidatos deben jugársela desde sus propias orillas partidistas e ideológicas.

 

Se ha planteado que los partidos políticos son una parte sustancial de la vida democrática de un país, pero esto no importa cuando se es candidato, para eso son los atajos y el todo se vale. Desde que Adán mordió la manzana todo se le ha posibilitado a la humanidad. Lo grave del asunto es que estas prácticas se reproducen en el seno de la sociedad, en toda su extensión y han contaminado las mentes y conciencias de ingenuos ciudadanos que votan, y que probablemente creen que las cosas deben ser así.

 

Los profesionales de la política electoral  parecen estar blindados contra todo.  Siempre aparecen en la palestra política, unas veces como candidatos, otras como patrocinadores, pero siempre están ahí, siempre los mismos  o encarnados en cuerpos ajenos.

 

El caso colombiano que por tradición ha sido un país electorero, considerado por esto como bastión de la democracia entre los países de Sur América, es muy avanzado en materia de mañas, digo de estrategias y tácticas electorales. La Constitución Política del 91 que dio grandes pasos hacia la creación de un estado de derecho y de una política participativa, las leyes de partidos, son birladas siempre que las mismas traten de controlar las prácticas electorales de los partidos, movimientos o personas interesadas en participar en las contiendas eleccionarias. El voto preferente o la recolección de firmas de grupos significativos son esguinces constitucionales que han abierto la compuerta para debilitar a los partidos y para que muchos avivatos politiqueros puedan supervivir en el escenario de la politiquería.

 

A escasos dos meses del acontecimiento en cual se elegirán nuevos alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, son muchas las mañas que han brotado en la atmósfera política, en las regiones, localidades como hasta en las grandes ciudades, incluida la capital.  Pululan candidatos que son de partidos y avalados por partidos. Otros, candidatos que no pertenecen a partidos pero que son avalados por partidos.  Otros, que perteneciendo a partidos se presentarán como candidatos por firmas de sectores significativos. La gran fauna camaleónica se ha dado cita para invadir los terrenos putrefactos y manidos  de las alianzas y coaliciones.

 

Otros hechos, como la grotesca compra de votos y personas,  a través de la promesa de puestos o el regalo de dádivas y la práctica nefasta del trasteo de votos y las amenazas de que son víctimas los habitantes de pueblos y veredas por parte de grupos armados de toda índole  completan el panorama de nuestra nación tan golpeada por la delincuencia de cuello blanco patrocinada por los que se han hecho elegir utilizando los métodos de los atajos y del todo se vale.

 

San Juan de Pasto, a un día de terminar las vacaciones de medio año 2011.