Extrema derecha y FARC, cortados por la misma tijera.
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Las FARC
justifican sus actos criminales diciendo que luchan en contra de la injusticia
social y en aras de la redención del pueblo; flaco favor le hacen sus ataques a
la infraestructura, a los soldados - que provienen de sectores humildes- y a la
población civil en general. Esa retórica no convence ni a la opinión pública y
ni a muchos de sus integrantes.
Las FARC no son las únicas que atentan contra el Estado de Derecho en nuestro
País. Algunos sectores de la extrema derecha también conspiran contra él y
emplean su propia retórica; en este sentido dicen que sus acciones están
orientadas al "beneficio de los más altos intereses de la patria",
para justificar, entre otras, acciones como las que emprenden en contra de
Instituciones que, actuando en derecho, realizan investigaciones y
sindicaciones de presuntos actos ilegales y contra los supuestos delincuentes
de "cuello blanco" que desde el Estado, en el anterior gobierno, los
cometieron. Pero no solo se refleja la defensa retórica en esos casos puntuales
que conocemos como AIS, DAS y otros, sino que también en el pasado reciente se
usó para hacer presentable la modificación de la Constitución, mediante
procesos controvertidos, para favorecer determinados intereses políticos
particulares. Adicionalmente, esa misma retórica se usa para defender a los
supuestos infractores de la Ley que, para quienes son sus defensores, siempre
actuaron dentro del ordenamiento jurídico y pensando, de nuevo, en los
"más altos intereses de la Patria".
Las dos son retóricas similares y que sirven, en ambos casos, como auto justificación.
Subyace en ellas la lógica de la autocomplacencia mental en la que se convencen
de: no somos criminales, nos inspiran altos y nobles ideales, luchamos contra sistemas
judiciales perversos y amañados que no buscan justicia sino hacer daño al
pueblo y a los más preciados intereses de la nación. Por ello todo vale en la
lucha valiente y moral contra el sistema opresor. En ese aspecto la lógica
subyacente de la retórica de las FARC, el Cartel de Medellín -y otros
similares- y algunos sectores de extrema derecha en Colombia es igual, y no es
otra que la de justificar la lucha subversiva, con intereses muy particulares,
en contra de la ley y el orden, en contra de la institucionalidad y en contra
de la sociedad en general en la medida que no se comporten como ellos desean
que lo hagan. Finalmente, comparten la ambigüedad de los beneficios que su
éxito en la lucha, desinteresada por el pueblo, nos traerían; no conocemos el
planteamiento del "estado ideal" del grupo de izquierda y no
conocemos cuales son los superiores intereses de la Patria del otro lado.
La expresión que dice que los extremos se unen se hace patente en lo que hemos
expuesto, convergen las posturas ideológicas extremas en la retórica, para
justificar la promoción de sus mezquinos intereses particulares, y en el poco
deseo de favorecer el crecimiento y desarrollo social incluyente en nuestro
País. A unos los conocemos y a los otros se les están empezando ha correr las
máscaras. No caigamos en sus juegos y si salgamos, si es del caso, a defender a la
democracia.
Bogotá D.C., Colombia. Abril de 2011.
http://helvecio-elobservador.blogspot.com/