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FACTORES NO ECONOMICOS DEL TLC

Semana
30 de mayo de 2012

Al arrancar por fin el TLC con USA, muchos comentarios se han hecho sobre los temas de infraestructura y de economía, para poner en duda los beneficios hacia Colombia del tratado suscrito con Estados Unidos. Que este país tiene un retraso de 30 años en vías e infraestructura portuaria; que sólo unas pocas ramas industriales tienen la fortaleza necesaria para competir en ese mercado, etc. Pero poco se ha dicho sobre otros aspectos de la realidad colombiana que también contribuyen a que en el largo plazo, los efectos del libre comercio lleven al fracaso rotundo de ese postmoderno embeleco.

 

En la simple teoría microeconómica existe lo que los economistas llaman la función demanda, la que como cualquier función, tiene un conjunto de variables que determinan el comportamiento de la cantidad que compran los consumidores, en este caso, los consumidores colombianos frente a los productos producidos en el país del norte: son los gustos y preferencias de los consumidores que se rigen de acuerdo a los patrones culturales o idiosincrasia nacional. La demanda de este país adolece de una elevada propensión marginal al consumo de importados, que mucho daño le hará a la producción nacional. Mientras que en la cultura del consumidor gringo se prefiere los productos autóctonos que por fortuna para ellos son de gran calidad, los colombianos casi siempre prefieren los artículos extranjeros, aun sin considerar si es buena o mala la calidad de los productos nacionales.  Mientras que en USA el único producto colombiano que prefieren es la cocaína, la cual no necesita TLC, acá en nuestro país chorreamos las babas por comprar productos gringos, creándose con esto una gran desventaja en el mercado nacional para la industria colombiana. A los gringos les produce asco los procesados colombianos y los manufacturados extranjeros los buscan europeos o japoneses. Sólo los 42 millones de latinos que viven en ese país, podrían tener conductas de consumidor favorables a los productos colombianos.

 

El gobierno ha comenzado a realizar en los medios de comunicación campañas motivacionales tendientes a estimular la oferta nacional; pero hasta ahora, nada ha dicho para ejercer su competencia rectora de los procesos sociales, motivando el cambio cultural en la demanda. Si bien la cultura tiene sus propios mecanismos de retroalimentación y los cambios de patrón son de largo plazo, hoy la tecnología y las técnicas de comunicación social permiten actuar de manera eficaz, siempre que exista la voluntad por parte de los organismos estatales encargados. Así como está gastando recursos para hacer publicidad en televisión incitando al aprovechamiento del mercado norteamericano, también podría promover el consumo de productos nacionales en el mercado nacional. Si el gobierno ya metió al país en ese atolladero que mucho lesionará el aparato productivo nacional, ahora le corresponde crear los mecanismos para aliviar los efectos nocivos, entre los que se encuentran los factores no económicos del TLC.