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II PARTE: EL POSTMODERNISMO COMO CONTEXO IDELOGICO Y FILOSOFICO DEL NEOLIBERALISMO

Semana
15 de marzo de 2012

LA SOCIALDEMOCRACIA LE HACE EL TRABAJO SUCIO A LA EXTREMA DERECHA

 

Si el neoliberalismo es la implantación de la incertidumbre como mecanismo de subsistencia al quitar toda la base económica estable ( empleo, estabilidad laboral, fuentes de ingresos estables, pequeña y mediana economía); el postmodernismo es la implantación y la sustentación de la casualidad y la incertidumbre como sistema de concepción y de vida; que quitando todo soporte, toda estabilidad, nos coloca en una situación de indefensión y en condición de víctimas de la subordinación que es el único "paraíso", la única posibilidad  que nos ofrece un capitalismo neoliberal que  renuncia a la  oferta del capitalismo en su primera etapa, la de hacernos a todos ricos!, reemplazándola con la consigna cínica de “sálvese quien pueda y como pueda”.

 

El  postmodernismo se caracteriza por el rechazo a todo dogma pero también a la existencia de criterios de verdad; la afirmación del individualismo extremo enfrentado a todos los demás; de los particularismos divergentes que promueven y fomentan la conflictividad entre los sectores populares; la negación de toda posibilidad de estabilidad en el corto y mediano plazo,  es la desconfianza generalizada en todo y en todos, como sistema; es la negación de todo principio, de todo valor, de toda ley y la sumisión como única alternativa,  al dios mercado que aparentemente carece de dueño. Es una incertidumbre que todo lo invade.

 

Frente a las certezas inflexibles de la modernidad. la postmodernidad plantea el absolutismo de una realidad cenagosa, caótica e incognoscible, donde las prioridades no existen y naturalmente las contradicciones tampoco.

 

El postmodernismo es el nihilismo para consumo de los otros, para desarmar todo espíritu colectivo de lucha y toda búsqueda de futuro: el desinterés, el marginamiento, el desgano político, el cruzarse de brazos dejando todo en manos del pretendido "omnipotente y libre" mercado; igualar todo por lo bajo promoviendo la masificación y la mediocridad.

 

El Postmodernismo enfrentado a la modernidad es el  capitalismo que se muerde la cola. Es un rechazo a los postulados filosóficos, científicos, éticos, estéticos, políticos sobre los cuales conquisto el poder y moldeo la sociedad. Es la destrucción de lo existente sin ofrecer ninguna alternativa, es la prédica de la eterna búsqueda, del vacío permanente, es la desestabilización sin propuestas. Una cosa es negar las pretensiones absolutistas y dogmáticas del modernismo, otra cosa es desconocer las leyes de la naturaleza y  necesidad y la posibilidad humana de tener explicaciones racionales  desde el punto de vista filosófico o científico del acontecer natural y humano y de poder incidir en su proceso.

 

Una cosa es reconocer el papel de la casualidad en la historia humana y en la naturaleza y otra muy distinta es pretender que esta es su ley suprema, que no hay procesos interrelacionados que se mueven en base a un orden que se ha venido construyendo y que también puede ir dejando de existir, pero no de improviso, ni a capricho; y en base al cual se ha dado origen a la naturaleza y a la sociedad, lo cual les da una línea de continuidad, un proceso y una  historia que pueden ser precisadas a grandes rasgos y sujetas permanentemente a cambios, pero dialécticos, no casuales ni  caprichosos.

 

Según el postmodernismo el pecado de la política ha sido basarse en el concepto de la identidad y sobre esta construir el mito de la fraternidad, del territorio y del interés común. Se trata de cuestionar los fundamentos del estado nacional sin cuestionar los fundamentos del poder y la dominación  mismas; es la táctica de crear el vacío para abrir paso a su nueva propuesta o para que esta se impuesta por la propia inercia.

 

 Es un escepticismo que además de negarnos la posibilidad del conocimiento nos niega también la capacidad de la acción y  en consecuencia de incidir y de construir nuestro propio destino, por ello el postmodernismo no solo conduce a la apatía, a la pasividad o a la frustración,  sino también a la incapacidad, a la falta de compromiso, a la perdida de toda ética, de toda moral; al no futuro, “el futuro es hoy” repiten nuestros sicarios, nuestros desesperados de una sociedad que no les ofrece ninguna alternativa.

 

Desde la perspectiva postmodernista es imposible e innecesario organizar cualquier movimiento de transformación pues si no existe un sujeto que conoce y transforma la realidad exterior a si mismo; no hay tampoco posibilidad de tomar opciones, puesto que todas las opciones son ética y políticamente válidas; es una posición en la que a nombre del pluralismo nos volvemos amorfos, sin prioridades, sin realidades colectivas; donde todo es igual, donde absolutamente todo es válido.

 

Es tiempo de aclarar que esta contextualización no constituye una negación de la importancia de estos espacios creados por el carácter contradictorio del capitalismo, ni de la necesidad e importancia de ser utilizados, es solo un llamado de atención para evitar el simplismo o la ingenuidad o la fatuidad en que solemos caer.

 

VER: EL NEOLIBERALISMO EL MONSTRUOQUE NADIE QUIERE VER