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Industria de rating, adicciones y malformaciones colectivas ¿Sabe usted en que onda anda su familia?

Semana
7 de junio de 2012


 

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Indispensable  entender que la industria mediatica del entretenimiento gestiona un negocio sensorial, adictivo. Hay que comprenderlo  en la lógica de las  industrias como el tabaco o las bebidas gaseosas o etílicas de fama mundial. Industria consumista.


El desafío es hondo y de largo aliento. Transformar cultura y sociedad. Construir autonomía y buenas prácticas para el uso adecuado de los medios vendedores de contenidos. No será la industria mediática con su dogma de fé  el rating, la que vaya  a cambiar la realidad desinformativa ni la agenda que prioriza espectacularidad, morbo, sensacionalismo, impacto, entretenimiento rentable, sobre el derecho a la información, servicio responsable con contenidos importantes que no llegarán a ser como debe ser.

 

Esperar que la industria mediática por sí misma cambie su receta, es como decirle a Coca Cola que modifique la fórmula que convirtió su sabor en marca global, para convertirse en remedio contra los daños gástricos y contra los parásitos. El negocio es el negocio y a eso no van a renunciar.

 

Frente al negocio industrial  queda la Ley para hacerla cumplir.  Pero aún y si se alcanzara este ideal, en plena aldea  global con libetad de expresión ilimitada, el trabajo seguirá pendiente en un 90%.  Hay que hacer el trabajo hacia el control social del espacio público que explotan los mass media , estirando y rebasando la ley todas las veces que necesiten hacerlo para sus resultados económicos.   La agenda de contenidos y temas de los medios está muy lejos de la salud mental, formación y derecho a la información de los usuarios en todas las edades del ciclo vital.

 

La tarea está en casa, de puertas para adentro. Ahí está la clave. Una verdad sabida más vigente que nunca. La familia debe vivir sintonizada todo el tiempo consigo misma. Saber dónde está cada uno y en qué onda anda, es esencial. ¿ Alguien cree lo contrario  en medio de la locura que se vive ?. 

 

Para el caso del derecho a  la información, el futuro del periodismo, la información pública afronta la realidad de una sociedad que está centrada en el impacto, la espectacularidad, el morbo,  las sensaciones, emociones y sensacionalismo que no da  cabida a lo importante, esencial, profundo, formativo.   Pida usted espacio en un medio masivo para exponer estas acciones de Red Papaz  y confronte el resultado frente a todo el espacio que siguen brindando a la meretriz célebre que ahora va a ser prócer con serie de televisión propia.  La meritocracia en los medios, mass media, ofende la dignidad.  

 

La libre expresión y el derecho a la información son derecho fundamental, esencial, representan tanto y constituyen asunto demasiado serio como para dejarlo en manos de la industria del rating, los medios masivos de difusión. 

 

El ejercicio formativo de audiencias autónomas, seguras de su valor como seres humanos que se niegan a ser mercancía,  ha de ser cotidiano, diario, sin parar, con todos  en las diversas edades y etapas del ciclo vital.

 

Abandonarse al antojo de la agenda de la industria del entretenimiento mediático, es concederles todo a  un negocio que no tiene remordimientos frente a una sociedad en cuidados intensivos por salud mental en estado crítico. 

 

El trabajo es demasiado arduo y en múltiples frentes. La tarea de Red Papaz es esencial  y debe ser integral con especial foco en  la familia.  


  

 

 

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