INTERBOLSA ENTRE BANBALINAS

Todos los ricos son encantadores: Cultos, elegantes, bellos físicamente, agradables de sobremanera. Tienen una regla: Siempre ponen en riesgo el dinero de los demás y no el propio. Desde tiempos inmemorables, sucede aquí en Colombia  e igualmente en el resto del mundo. La economía se mueve por una sola palabra: Confianza. Sí tienes el dinero y no generas confianza, es malo, pero si generas confianza, incluso sin dinero saldrás adelante.  El señor Rodrigo Jaramillo, fue bueno hasta que no logró cumplir sus compromisos. Otra banquero igual a él, recordemos los banqueros no tienen amigos sino intereses, terminó hundiéndolo. Su incumplimiento pudo ser resuelto de otra manera, invitando a nuevos inversionistas en un nuevo negocio, atrae dinero, tapa los huecos, paga sus compromisos y sigue la gran vida, que le permitirá a todo el mundo decir, está sobrado. Por eso la ostentación es vital: todo entra por los ojos. Pero por razones que no conozco, que no es difícil imaginar,  ya no le creían..  Esto lo hacen los constructores a cada rato, por eso nunca pueden parar, en ocasiones se les sale la situación de madre, como le sucedió a los Nules.  El señor Jaramillo cometió el peor error de un financista, no comunicarse claramente: Se excedió en explicaciones y generó pánico.  Con su experiencia imperdonable.

Pero lo paradójico es que se repite incansablemente esta historia en Colombia y nada pasa. Entre inter-bolsa, el carrusel de la contratación en Bogotá, el dinero de los nules, la quiebra del seguro, la de uno que otro banco, las cooperativas financieras, para tan solo nombrar algunos casos, sumariamos tres reformas tributarias.  Por alguna razón, estos temas no generan debates serios en el congreso y sí en cambio se está tratando de imponer multa de ocho millones al matoneo en el nuevo código de policía que se está discutiendo. Este se da principalmente  en las clases bajas. Cuando se debería insistir en educación y prevención. Es como para replay.

Hasta ahora, el deficit de interbolsa ronda en la cifra aterradora de treinta mil millones de pesos. No es para asustarse dice el ministro, muy poco hasta ahora. Me acorde de una frase de mi suegra: los ricos nunca sufren, ni los he visto con problemas de servicios públicos o de comida, incluso en los peores momentos, nunca salen de ningún activo, su vida no cambia a pesar de las circunstancias adversas, están vacunados genéticamente contra estos hechos penosos.  Creo que muchos problemas se arreglarían con ese dinero que hace falta. Lo malo, es que la regla general se repite. Se perdió la de los demás, que pena, la mía sigue sin problemas, lo malo es que nadie sabe en donde.

La regla de oro de los banqueros y financieros: socializar las perdidas y privatizar las ganancias. Desde Moisés.