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JUEGO DE SUERTE, METODO PARA GENERAR ROBOS EN EL CENTRO

Semana
4 de agosto de 2012

Los delincuentes desfalcan a los ciudadanos y si no lo logran, los roban de frente.

El ‘grupo de la bolita’ es el verdugo de vendedores y ciudadanos incautos que se trasladan por el centro de la ciudad. Son embaucadores y bandidos que delinque en el lado oriental de la carrera décima.

 

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Para los malhechores ubicados en las carreras 8a. y 9ª  y calles 13, 15 y 19.  Del centro de Bogotá son usadas como medios de escape y, en ocasiones, también actúan en estos lugares.

Han conseguido perfeccionar  dos métodos para despojar de su dinero y posesiones a las víctimas. La estafa y el atraco a mano armada son sus características.

La primera característica  de esta forma de timación consiste en usar a una mujer,  un niño y un hombre mayor para que se encarguen de anunciar si la Policía está cerca.

Mientras tanto, cuatro hombres colocan un juego de azar  sobre una caja de cartón, en el que uno de ellos tapa y  destapa una bolita con tres vasos, para que sus compañeros ‘apuesten’ dinero y predigan bajo qué vaso queda la bola. El administra el juego deja  que uno de sus compañeros  gane la apuesta, en presencia de algún ingenuo que se acerca a mirar.

Persuadido de poder ser el ganador, el inocente e inadvertido que se ha acercado apuesta su dinero, que siempre desperdicia porque el juego está manipulado. Si ese mismo ingenuo pretende descartar su apuesta, los bandidos proceden a atracarlo con una navaja.

En la otra singularidad la mujer y el anciano están al pendiente de quién desembolsa efectivo de un cajero automático.

Cuando la persona fichada sale del cajero –con el dinero en el bolsillo o en la cartera–, uno de los tres que vigilan les señala a los otros malhechores –tres o cuatro que fingen esperar bus– que esa será la víctima. Entonces, los ladrones, que se cuadran a un lado y delante de la ‘presa’,  forman un círculo para que camine hacia la caja de cartón (donde ya está lista la bolita) y la incitan a jugar.

Por ultimo, si la víctima no se alienta a apostar, los perversos empuñan sus armas blancas y lo despojan del dinero. Esto en cuestión de pocos minutos.