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LA CRISIS DEL CAUCA

Semana
19 de julio de 2012

LA CRISIS DEL CAUCA

 

La organización indígena había sido reconstruida entre 1910 y 1946 al calor de luchas en el Cauca, la Sierra Nevada de Santa Marta, Huila, Caldas y Tolima, dirigidas entre otros por el legendario Quintín Lame. Se constituyeron por entonces, Consejo y Ligas de Indios que reivindicaron los derechos y establecieron alianzas con organizaciones campesinas y obreras. Sin embargo, la violencia y la represión entre 1946 y 1958 prácticamente liquidaron las organizaciones indígenas, que solamente pudieron volver a nacer dentro de organizaciones campesinas como la Federación Agraria Nacional y especialmente, tras el establecimiento por decreto gubernamental del la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos La fundación de la ONIC fue el resultado del proceso de reorganización autónoma del movimiento indígena en Colombia iniciado por el Consejo Regional Indígena del Cauca en la década de 1970, que fue seguido por el establecimiento de organizaciones indígenas en otros departamentos hasta que en octubre de 1980 en Lomas de Ilarco - sur del Tolima- se realizó el Primer Encuentro Indígena Nacional de Colombia, el cual oficializó la creación de la Coordinadora Nacional Indígena, que asumió, la creación de la organización nacional y convocó a su primer congreso nacional. (wikipedia). Es decir, las reivindicaciones indígenas, vienen desde tiempos históricos y han sido construidas con sangre.

 

 Los disturbios habidos en el Cauca con relación a la autonomía territorial, el desgaste de la población con respecto a los grupos irregulares, los desplazamientos, el terror de las bombas, entierros y destierros son el producto de épocas de la lucha y del actual estado de ingobernabilidad, en la que las instituciones políticas, jurídicas y sociales existentes han sido totalmente rebasadas en todos los ámbitos y niveles sociales. Esta crisis tiene expresiones de gran preocupación tratándose de los pueblos indígenas quienes viven una agresión permanente a sus instituciones políticas y sistemas jurídicos.

 

La expresión más grave y lacerante de esta crisis se refleja en la existencia de un Ejecutivo Estatal que simboliza el poder autoritario, que carente de toda legitimidad utiliza los medios represivos a su alcance, transgrede la paz social y agudiza la violencia y la estigmatización. El legítimo derecho a la autonomía territorial no es óbice para que el tratamiento de guerrilleros, como excusa perversa. Se tilda a los comuneros de subversivos. La verdad y la imparcialidad de la información son nulas. Todos los colombianos estamos sujetos a la juricidad nacional, pero, decía un líder, ¡se nos rebosó la copa! Basta!  

 

La falta de políticas públicas integrales, el abandono estatal por parte de las administraciones de turno, el incumplimiento a los acuerdos establecidos que llevan décadas y no se materializan, han desencadenado en lo que vemos hoy. La búsqueda real de consensos, el diálogo, la puesta en marcha de lo prometido es lo que sigue. Que no exista  una negación de la justicia indígena y, en general a los sectores sociales más pobres y desfavorecidos. No es hora de hablar de humillaciones y llantos militares, porque si a eso vamos, las lagrimas que han derramado miles de colombianos desplazados, mutilados y enterrados alcanzan ríos enteros. Si no se cumplen los acuerdos y la voluntad política, la paz en el Cauca y extrapoladas a otros pedazos del territorio nacional, será una utopía.

 

Edgardo Montalvo Santos – Cerepaisa -  Julio 19 de 2012